La historia de Pepe Mujica y Lucía Topolansky es más que una historia de amor; es la historia de dos personas que, a pesar de los desafíos, han permanecido unidas por sus ideales y por un profundo respeto mutuo cuando estaban inmersos en una lucha política marcada por la resistencia, la prisión y la búsqueda de un país más justo.
Su vida sencilla y su compromiso con la justicia social los han convertido en una de las parejas más emblemáticas en Uruguay y en el mundo. "Una relación de una pareja que estuvo años sin saber el uno del otro porque se escribían cartas y la censura se las requisaba; creo que Pepe Mújica, en sus 13 o 14 años de reclusión, solo recibió una carta de Lucía, cuando ella le escribía habitualmente", cuenta el propio Mujica. En Divinity también hemos profundizado en esta historia de dos personas que han sabido quererse y cuidarse aunque la vida no se lo ha puesto nada fácil, y que son la prueba de que el amor sólido, existe.
Ambos se conocieron en la década de 1960, cuando militaban en el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T), un grupo guerrillero de izquierda que luchaba contra la injusticia social y la desigualdad en Uruguay. Compartían no solo ideales políticos, sino también una visión de la vida basada en la austeridad y el trabajo colectivo.
Sin embargo, su amor tuvo que enfrentar una dura prueba durante la dictadura uruguaya (1973-1985). Tanto Mujica como Topolansky fueron capturados y pasaron largos años en prisión. Pepe Mujica estuvo encarcelado durante casi 15 años, mientras que Lucía pasó cerca de 13 años privada de libertad. Sin embargo, a pesar de la separación y las adversidades, nunca dejaron de pensar el uno en el otro.
Con el retorno de la democracia en 1985, Mujica y Topolansky se reencontraron y retomaron su vida juntos. Se establecieron en una modesta chacra (granja) en las afueras de Montevideo, donde cultivaban flores y llevaban un estilo de vida austero, lejos de los lujos y privilegios de la política. A lo largo de los años, ambos se convirtieron en figuras claves del Frente Amplio, la coalición de izquierda uruguaya. Mujica llegó a ser presidente de Uruguay (2010-2015), mientras que Topolansky ocupó importantes cargos en el Parlamento e incluso fue vicepresidenta del país en 2017.
Su historia de amor es un ejemplo de compañerismo y respeto mutuo. En varias entrevistas, ambos han destacado la importancia de la independencia dentro de la pareja y el respeto por las opiniones del otro.
Lucía y Pepe nunca tuvieron hijos, y en diversas ocasiones han explicado que esto se debe en gran parte a los años de prisión que vivieron durante la dictadura. Mujica sufrió torturas y condiciones extremas de aislamiento que afectaron su salud, mientras que Topolansky también pasó por un encarcelamiento prolongado.
Estas circunstancias, sumadas a su compromiso con la militancia política, hicieron que la posibilidad de formar una familia pasara a un segundo plano. No obstante, ambos han señalado que aunque su legado está en sus ideales y en la lucha por un país más justo, cuando quisieron darse cuenta de que deseaban tener descendencia, “ya era demasiado tarde”. Eso sí, no cabe duda de que, teniéndose el uno al otro, ya son completamente felices.
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