Carlos Sobera se ha consolidado como uno de los rostros más reconocidos de la pequeña pantalla, donde arrastra a sus espaldas más de treinta años de trayectoria como presentador. En su vida profesional, además, comparte tiempo y espacio con su mujer, Patricia Santamarina, con quien veía nacer su historia de amor hace más de dos décadas. Ahora, el televisivo se ha sincerado acerca de cómo concilia junto a su compañera de vida su desempeño y el plano personal.

En una charla con ‘El Español’, Carlos se ha sincerado acerca de los problemas actuales en las relaciones sentimentales, señalando la vida laboral como uno de ellos ya que, según él mismo ha explicado, en ocasiones lleva “a una falta de comprensión” del trabajo del otro por “la incompatibilidad de horarios o la planificación de las vacaciones” entre otros que, a su vez, pueden convertirse en razón de ruptura.

Sin embargo en su caso, el que comparte “trabajo y familia” con su mujer, con quien está “el 100% juntos”, opina que ambos han sabido encontrar el equilibrio entre las dos facetas: “¿Discutimos? Pues sí. Pero, como todo el mundo yo creo, ¿no? Pero al final, ahí hay un sustrato de respeto, de admiración, de cariño y tal, que mantiene la relación de pareja”, ha señalado el que reconoce que otras parejas tienen otro tipo de necesidades y prefieren pertenecer a “universos diferentes” en lo profesional.

En la misma conversación, el de ‘First Dates’ ha explicado que, a pesar de la superación de las diferencias en una pareja, “siempre” una de las partes tiene que sacrificar algo que, sin embargo, no es capaz de ver al comienzo de la historia de amor: “Llega un punto en que hay que dejar uno su ciudad o lo que sea. Siempre hay alguien más generoso que otro en una relación, pero los dos deben tender a ser generosos porque algo tienes que sacrificar siempre”, ha sentenciado.

En 2002, Carlos y Patricia coincidían por primera vez en la gala de Míster España en Telecinco, él como presentador junto a Emma García y ella como productora de la organización del evento. Sin embargo, no era hasta dos años después cuando comenzaban a construir un vínculo al que ponían el broche de oro con la llegada de Natalia, su primogénita, en 2008.

Siete años después, ambos se daban el ‘sí, quiero’ en una boda celebrada en Tulum, México, con la que daban el paso definitivo en su idilio y en compañía de su hija, así como de Arianna, fruto del matrimonio anterior de Santamarina con Rody Aragón y a quien Sobera considera una descendiente más.

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