Hijo del torero Luis Miguel Dominguín y la actriz italiana Lucía Bosé, Miguel Bosé, que pertenece a uno de los clanes artísticos más conocidos de nuestro país, fue famoso desde la cuna. Creció en un ambiente rodeado de arte y cultura. Sus padres eran amigos íntimos de Pablo Picasso y Ernest Hemingway por lo que desde su más tierna infancia se empapó de ese ambiente artístico que sin duda alguna marcó su vocación. Desde niño demostró sus inquietudes artísticas por lo que a nadie le extrañó que a principios de los 70 comenzara a hacer sus pinitos en el mundo de la música.

Lo que nadie imaginaba era hasta donde le llevaría su vocación. En apenas unos años, Miguel Bosé se convirtió en una estrella. En 1977 fichó por CBS y publicó su primer álbum. Su fama se disparó rápidamente y además de su éxito como cantante se convirtió en un mito erótico. Su vida sentimental se convirtió en objeto de atención por parte de los medios, que siempre le han tenido en su punto de mira. Él, sin embargo, ha intentado siempre proteger al máximo su privacidad manteniéndola alejada del foco mediático. De hecho, pocas veces se pronunció sobre su vida privada o sus amores e incluso mantuvo oculta su bisexualidad durante años. No obstante, en sus memorias, 'El hijo del capitán Trueno' e 'Historia secreta de mis mejores canciones', sí que ha abierto la puerta a su intimidad y ha desvelado algunos detalles como su romance adolescente con el actor Helmut Berger, con quien perdió la virginidad.

No obstante, pesar de esa discreción, Miguel Bosé no ha podido impedir que a lo largo de estos cincuenta años de carrera hayan salido a luz algunos datos sobre su vida privada y los amores más importantes de su vida así como muchos rumores sobre supuestas relaciones que nunca han sido confirmadas. Un historial amoroso que repasamos al detalle.

Uno de los romances que más ha dado que hablar de Miguel Bosé es el que mantuvo con la presentadora y actriz Ana Obregón. La pareja se conoció en una fiesta en los 70, pero su relación no comenzó hasta que en 1978 coincidieron en el rodaje de la película 'Sentados al borde de la mañana con los pies colgando'. Fue el propio Miguel quien confirmó el noviazgo a la revista 'Lecturas'. "Tengo novia desde hace seis meses", dijo entonces el cantante.

La relación se consolidó rápidamente. De hecho, Miguel le dedicó la canción 'Anna', un tema que le trajo algunos problemas a la actriz con las fans de su entonces pareja. Sin embargo, ni estos ataques ni la persecución de la prensa del momento les separaron. Ana y Miguel estuvieron juntos durante cuatro años, hasta que en 1982, ella, decidida a lanzar su carrera como actriz se marchó a Estados Unidos a estudiar interpretación. Su marcha marcó el punto final de un romance del que ambos guardan buen recuerdo y que con el paso de los años se ha convertido en una muy buena amistad.

Aunque Ana Obregón era su novia oficial, en los últimos años ha trascendido que Miguel Bosé habría simultaneado esta relación con otra con el coreógrafo Nacho Duato. En aquella etapa, el bailarín formaba parte del cuerpo de baile del cantante y entre ellos habría surgido la chispa. De hecho, se se fueron a vivir juntos a Nueva York durante dos meses para estudiar danza. Una convivencia que habría terminado cuando, según se narra en la serie dedicada a la figura del cantante, llegó una carta del 'Courbet Ballet' para contratar a Nacho Duato como bailarín y que le haría irse a vivir a Estocolmo.

Mucho se ha especulado sobre el verdadero vínculo que hubo entre ellos y aunque son muchos los que apuntan a que este romance existió, Nacho Duato lo negó en una entrevista que concedió a Angels Barceló. "Nunca hubo nada", dijo el bailarín, que asegura que sí fueron buenos amigos y se mostró muy molesto con el cantante por hacer este tipo de insinuaciones. "Es mentira. Últimamente le ha dado una fijación conmigo… Éramos dos chavales monísimos, nos encantaba ir a sitios y que todo el mundo nos mirara y punto. ¡Qué enamoramiento ni qué nada! Nos hemos querido más de mayores que cuando éramos jóvenes", zanjó el bailarín, quien en la actualidad no mantiene ninguna relación con Bosé.

Otra de las estrellas que habría pasado por la vida de Miguel Bosé es la actriz costarricense Gianina Facio, la causante del divorcio entre Carolina de Mónaco y Phillipe Junot y que actualmente es la mujer del director de cine Ridley Scott. Según ha trascendido, Miguel y Gianina se conocieron en Miami a principios de los 80 cuando ella era pareja de Julio Iglesias.

En aquel momento, Miguel se alojaba en la casa del cantante y fue allí donde tuvieron su primer encuentro. "Se metió en la piscina, nadó hacia mí y me dijo: '¿Quién eres tú?' En ese momento, ella era la mujer más de moda y estaba en todas las portadas. Nos miramos y hubo algo muy fuerte que pasó. Ese mismo día, salimos juntos, nos fuimos y estuvimos cuatro años juntos”, ha contado Bosé sobre el comienzo de su relación. Una relación de la que Iglesias no se enteraría hasta después de varias citas. No obstante, según ha trascendido, no le dio mayor importancia puesto que él también tenía otras relaciones.

Esta historia de amor con Gianina marcó profundamente a Miguel Bosé, tal y como reconoció en 'Historia secreta de mis canciones', donde aseguró que, probablemente, es la mujer que más ha querido en su vida y "con la que mejor cama ha tenido". Tal fue la intensidad de su romance, que el cantante ha asegurado que su canción 'Nena' está escrita pensando en ella.

Otra de las mujeres con las que se ha vinculado a Miguel Bosé a lo largo de su vida ha sido Rebecca de Alba. Su relación se remonta a los años 90, cuando ella era una estrella de la televisión mexicana. Aunque ninguno ha aclarado qué fue exactamente entre ellos, lo cierto es que la mexicana, se convirtió en una de las personas más importantes en la vida del artista español y muchos medios se aventuraron a apuntar que entre ellos había algo más que una amistad. Una amistad de la que ha quedado un recuerdo imborrable. "La gente se hizo la fantasía de Miguel Bosé, pero hemos sido algo más importante, ¡familia!”, dijo en 2011 Rebecca de Alba, quien en 1994 inició una relación con Ricky Martin, con quien estuvo siete años.

La historia de amor más duradera, estable e importante de Miguel Bosé fue la que tuvo con el escultor valenciano Nacho Palau. La pareja se conoció en 1993 en una fiesta en Valencia. Nacho tenía apenas 19 años y Miguel, 37. Sin embargo, esa diferencia de edad no fue obstáculo para saltara la chispa e iniciaran un romance que mantuvieron en secreto durante varios años.

Vivieron su historia de amor alejados del foco público y no tardó en consolidarse. De hecho, Palau dejó todo por amor y juntos formaron una gran familia. En marzo de 2011 llegaron al mundo los mellizos Diego y Tadeo, hijos biológicos de Miguel, y tan solo siete meses después lo hicieron Ivo y Telmo, hijos de Nacho.

Los niños llegaron para colmar de felicidad a la pareja. Sin embargo, en 2018, siete años después de su nacimiento, Miguel y Nacho ponían fin a su historia de amor y decidían separarse. "Cuando el amor no existe y la amistad y el buen rollo se difuminan y se pierde la admiración por la persona con la que estás todo se derrumba, en mi caso por discreción, por responsabilidad y por educación aguantas hasta que todo se envenena", le dijo el cantante a Jordi Évole sobre esa ruptura. Una ruptura nada amistosa y que acabó en una lucha en los tribunales por la custodia de sus hijos (Diego y Tadeo se han quedado con Miguel y Telmo e Ivo han regresado a España con Nacho).

Además de todas estos romances o amistades especialmente estrechas, el cantante ha sido vinculado con otros rostros conocidos sobre los que nunca se ha pronunciado. Entre esos nombres está el de actor Toni Cantó, que reconoció hace unos años a 'Uppers' que nunca hubo nada, pero que le "hubiera encantado", y con el actor porno Nacho Vidal, que es uno de sus íntimos amigos.

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