Chenoa lleva expuesta a los medios de comunicación desde hace ya dos décadas: veinte años en los que su profesión, pero también su vida privada, han estado bajo el foco sin que el interés haya decaído. Como confesaba en una entrevista exclusiva para esta web, lo que sí ha cambiado es su forma de gestionarlo. La cantante admitía que al principio de su carrera le costaba lidiar con ello y que, gracias a la terapia y su entorno, ha conseguido encontrar herramientas para sobrellevarlo. Una posición que le permite ahora ver su propia trayectoria personal y profesional desde otra perspectiva. Recientemente lo ha vuelto a confirmar, al analizar la diferencia entre el impacto generado por su ruptura con David Bisbal y el que causó el fin de la pareja formada por Amaia y Alfred, salida del mismo programa.
La mallorquina acostumbra a hablar con honestidad de cualquier tema por el que le pregunten. En la conversación con esta web reivindicaba la importancia de la salud mental, de plena actualidad, explicando que va a terapia incluso en épocas en las que está "bien", para conocerse. Y en ese trabajo personal tiene lógicamente un peso especial su proyección mediática.
Una relación, la suya con la fama y los medios, que ha tenido sus altibajos, especialmente en lo referido a su vida privada. "No me quejo mucho, pero al principio lo gestionaba mal, que es diferente", señalaba a este portal. Y esa mención a los inicios de su carrera nos hace retroceder a 'Operación triunfo' y a su relación con David Bisbal.
Sobre aquella mítica ruptura se ha pronunciado en una entrevista para El País. En ella ha hablado también de madurez, de las ventajas del anonimato o del machismo que detecta en las reiteradas preguntas sobre su futura boda. Y ha comparado lo que le sucedió a ella en 2005 con el fin de otra relación, la de Amaia Romero y Alfred García, que también protagonizaron una dramática escena ante las cámaras en 2018. Porque el tratamiento de su separación sentimental entonces dista mucho del recibido por otros fenómenos de masas recientes.
El momentazo de Corradini saliendo a la calle a enfrentarse a la prensa tras romper con el de Almería, con su chándal gris y el semblante visiblemente afectado, se hizo viral antes de que la viralidad existiese como tal. Un impacto mayúsculo que le pasó factura: a la artista le costó tiempo y trabajo reírse de sí misma, en un momento en el que, como admite en la citada conversación, "no se alzaban tantas voces femeninas". Y ese puede que sea el punto, la falta de visibilidad: ella misma señala que no fue la única, que hubo y habrá muchas chicas "llorando en un portal".
Pero para la artista subyace además otra circunstancia que explica ese diferente tratamiento a ambas rupturas, y la consecuente huella desigual que dejó cada una en la cultura pop patria: el aprendizaje que ha experimentado la propia prensa en los últimos años. Laura apunta también al mayor cuidado que muestran los medios de comunicación al abordar ciertos temas y a sus protagonistas: "Antes era mucho más fácil que te diesen cera porque sí", reflexiona.
El vínculo entre ellos se ha analizado con lupa desde entonces, siendo el mayor ejemplo la supuesta 'cobra' en el concierto de reencuentro de los concursantes de 'Operación Triunfo' en 2016. Lo cierto es que la relación entre ambos es buena, como ella misma reconocía tras hacerse público que finalmente el cantante de 'Bulería' no está invitado a su futuro enlace con Miguel Encinas. "No tengo ningún problema con ninguno de mis ex, pero tampoco tengo contacto con ellos", declaraba el pasado verano.