Las últimas noticias sobre Melania y Donald Trump se alejan de cuestiones políticas, centrando el foco en su relación sentimental. Varias fuentes afirman que "tienen habitaciones separadas", otra apunta que "nunca pasan la noche juntos" y una tercera fuente señala que "duermen en la misma habitación pero en camas separadas".
Hasta aquí podríamos decir que no serán los primeros, ni los últimos, que prefieran dormir en camas separadas por espacio, manías, ronquidos... Pero según las últimas informaciones, ninguno de estos motivos es el que ha provocado que ella no quiera compartir techo con su marido. "Para los que la rodean no es un secreto lo miserable que se siente", afirma una de las fuentes. Actualmente reside en Nueva York con su hijo Barron (11), para no interrumpir el curso escolar, y puede que poner kilómetros de por medio sea un respiro para ella".
Su relación ha sido cuestionada por muchos, que no ven en sus apariciones públicas gestos de cariño o complicidad. En su última aparición, mientras unos hablaban del elegante 'look' de Melania (de nuevo en clave de rojo), otros pusieron el foco en la extraña manera en la que el presidente le cogió la mano a su mujer, o mejor dicho los dedos. Los presentes durante dicho acto oficial, señalaron la "torpeza de Trump" para agarrarla.
Si bien esto también podría quedarse en anécdota, ya que no a todos les gusta mostrar su amor en público, para ella puede que signifique algo más. Fuentes cercanas a la pareja afirman que "quiere tener que ver con Donald lo menos posible". "Ella no está interesada en Donald, la presidencia o cualquier cosa que lo involucre".
Tras salir todo esto a luz, un representante de ella ha negado todas estas afirmaciones, alegando que no se han proporcionado los nombres de las fuentes, y por lo tanto cuestionando la veracidad de la información publicada.
Pero hay una fuente que sí ha hablado, con nombre y apellido. El estilista Phillip Bloch declaró hace unos días que ella se siente "abrumada y miserable". "Que no os engañen sus sonrisas. Este es el sueño de Trump, no el de ella", afirmó.
Tendrá que pasar mucho tiempo para que la primera dama hable abiertamente (si lo hace) de lo que sucede cuando los focos se apagan, pero en verano, cuando el curso escolar termine, comprobaremos si se traslada a Washington o si se queda en NY. "Melania ni siquiera se imaginó que podría llegar a estar en esa circunstancia", explica Phillip, sobre su posición como primera dama.