Pocos se esperaban el giro de guion con el que terminó la historia de amor de Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa. Esa pareja que parecía que iba a ser eterna, de pronto, cuando apenas quedaban días para cerrar 2023, anunciaba su final definitivo con una inesperada polémica detrás. La 'reina de corazones', a golpe de portada, era la encargada de confirmar la ruptura con unas declaraciones en las que hablaba de "celos infundados" y con las que aclaraba que no existían "terceras personas".
Unas explicaciones que nadie había pedido (al menos en ese momento) y que provocaron mil y una especulaciones. En el interior de ¡Hola!, su revista de cabecera y la vía por la que oficializó su separación, se mencionó una tensa escena entre la socialité y el premio Nobel antes de navidades que habría marcado un antes y un después. Días más tarde se empezó a deslizar la posibilidad de una reconciliación entre el peruano y su exmujer y madre de sus hijos, de la que se divorció cuando ya había iniciado su romance con Preysler.
En este tiempo de rumores y pocas certezas en las que, aunque Isabel haya optado por el silencio, todo su entorno ha dado su opinión sobre este abrupto final, faltaba la versión de Mario Vargas Llosa. El autor de obras tan célebres como 'La fiesta del chivo' estaba, según él, volcado en su ingreso en la Academia Francesa. Además, el hecho de que Tamara Falcó decidiese darle una segunda oportunidad a Íñigo Onieva, con el que ya ha retomado sus planes de boda, viró el interés mediático hacia esta segunda generación del clan. Y ha sido ahora, en una entrevista concedida a El País Semanal, cuando por fin ha sido preguntado por el tema.
Ante el planteamiento de Manuel Jabois, su entrevistador en este caso, de "cómo sale uno de la tuneladora de la prensa rosa", su respuesta ha sido clara. "No haciendo ninguna declaración. Yo no he hecho ninguna sobre Isabel. Y he tenido durante un mes periodistas desde las siete de la mañana plantados en el portal. Salía a caminar y ya me los encontraba", se ha defendido. Un mantra que repite en varias ocasiones, el de "yo no voy a hablar de Isabel, para nada", del que solo sale cuando el periodista le plantea si estos años conviviendo con el mundo de la farándula le han aportado material para una posible novela.
"La experiencia ha sido magnífica, pero no literaria. No se puede convertir en una novela, eso. No se puede aprovechar, para nada. (...) No voy a escribir una novela sobre esto, para nada, ni voy a hablar de ella", ha zanjado. Una narración que jamás saldrá a la luz sobre lo que, en palabras de Mario Vargas Llosa, son "dos mundos muy distintos, muy separados" en los que ha estado inmerso los últimos ocho años y de los que no se arrepiente "de nada, absolutamente": "La experiencia se vivió y ya está, vuelvo a estar en mi casa, rodeado de mis libros".