¿Qué tal has pasado estos días en Colombia?
En Colombia he pasado unos días complicados, porque ahí ha sido donde me he enterado de cosas que no me han gustado nada.
¿Has podido desconectar por allí?
Hombre, desconectar no desconectas, pero yo tengo la suerte de tener un trabajo y eso te ayuda muchísimo. Te mantiene la cabeza, el cuerpo, todo ocupado. En la época de mi madre estas cosas eran durísimas, duraba 30 o 20 años el disgusto.
¿Tus hijos te están apoyando en esto?
Si, Tristán me está apoyando una barbaridad.
¿Cómo está tu corazón ahora?
El corazón ya no lo sé... Estas cosas son muy difíciles, es como una enfermedad. Todo el mundo lo sabe, mucha gente lo ha pasado y es una enfermedad de libro.
Parecía que estos días habías estado más esquiva. ¿Ha habido un cambio de actitud por tu parte?
No, yo no he estado más esquiva. Ahora estoy aquí y estáis aquí. No es lo mismo a que te persigan por la calle, cuando sales de tu casa... El otro día cogí un avión Guatemala-El Salvador, El Salvador-Bogotá, Bogotá-Madrid; y llego y veo a unos periodistas... Pues es lo que menos te apetece...
¿Hubieras preferido que Pedro hubiera esperado un poco para presentar a su nueva pareja?
Bueno, la verdad es que sí lo hubiera preferido, pero en fin, ya...
¿Vais a conseguir hacer un divorcio amistoso?
Si, si. Seguro que sí.
¿Y vais a conseguir mantener la amistad entre vosotros?
Eso seguro que no.
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