Quién habría imaginado que lo de Kanye West y Kim Kardashian terminaría en estos términos. Cuando ambos conformaban la pareja más poderosa del star system mundial, el divorcio (sobre todo este divorcio) era algo inconcebible. Pero claro, nada es normal cuando uno pertenece al klan. Meses después de que saliesen a la luz las disputas entre el ya exmatrimonio por el reparto tanto de su millonario patrimonio como de los cuatro vástagos que tienen en común, ahora ha sido el rapero, y no la prensa, el que ha abierto un nuevo frente en esta guerra mediática que no parece tener final feliz a la vista.

Su último dardo directo contra la madre de sus hijos ha sido por una cuestión muy de la generación zentennial. A pesar de que la exposición de los menores ha sido absoluta desde que la mayor llegó al mundo hace ocho años (más allá de su presencia en Instagram, los niños también han sido personajes de reparto en aquel reality en el que Kim y compañía desgranaban su vida para gozo de su audiencia), parece que Kanye está muy preocupado por las excesivas apariciones de North West, su primogénita, en las redes de su familia materna.

El mensaje con el que planteaba el problema era tajante: "Como este es mi primer divorcio necesito saber qué debo hacer con respecto a que mi hija aparezca en TikTok contra mi voluntad". Una denuncia pública que, más allá de haber recibido miles de reacciones por parte de sus fans, ha contado con la respuesta de Kim Kardashian, principal aludida, que se ha quejado de "los constantes ataques" de su exmarido en las entrevistas y en las redes sociales desde que se fraguó su ruptura, algo que define como "realmente más hiriente que cualquier TikTok que North pueda crear".

Esta contestación de la hija de Robert Kardashian se ha producido en su perfil de Instagram, donde ha planteado, igual que ha hecho Kanye, lo difícil que está siendo para ella gestionar este eterno proceso de divorcio en el que los trapos sucios están a la vista de todo un planeta. Según ella, si "ya es bastante difícil para nuestros hijos", "la obsesión de Kanye por tratar de controlar y manipular nuestra situación de forma tan negativa y pública solo está causando más dolor para todos".

En este mismo comunicado, Kim también ha querido aprovechar para desmentir la versión de West y aclarar que desde el principio no ha querido otra cosa que "una relación de copaternidad sana y solidaria" por el bien tanto de North, protagonista directa en esta nueva batalla, como para Chicago, Psalm y Saint, sus otros tres hijos.

Su sentimiento, en palabras textuales, es de "tristeza" por ver cómo Kanye "sigue haciéndolo imposible a cada paso", impidiendo con sus intervenciones públicas que esta grieta familiar pueda resolverse "de forma amistosa". Además, consciente de las consecuencias que esto ya ha acarreado, Kardashian ha manifestado su expreso deseo de "manejar todos los asuntos relacionados con nuestros hijos de forma privada", esperando (con cierta ironía) que "el tercer abogado en un año" contratado por West sea capaz de llevar este asunto a buen puerto.