El 1 de mayo de 2019, la vida le obligó a parar. Iker Casillas se encontraba en pleno entrenamiento con el Oporto, su equipo, cuando una presión en el pecho le hizo difícil respirar. En un principio pensó en la alergia. Pero según iban pasando los minutos, o más bien los segundos, el dolor era cada vez más insoportable. El fisioterapeuta y el jefe de seguridad cogieron un coche para llevarle al hospital más cercano. Ambos imaginaban lo que le estaba sucediendo al portero más icónico de la historia de nuestro fútbol. Y cuando le vieron los expertos pudieron confirmar sus pesquisas: estaba sufriendo un infarto.
Este fatídico día que marcó un punto y a parte en su carrera y en su forma de entender la vida ha sido recreado en 'Colgar las alas', una serie documental que ahonda en la nueva realidad del guardameta. En su primer capítulo, titulado 'El infarto', por fin podemos conocer cómo aconteció aquel problema de salud del que aún hoy sigue teniendo secuelas. Y algo inédito: la reacción de Sara Carbonero, su mujer, a cientos de kilómetros de distancia.
Es la propia periodista la que, con la voz entrecortada, recuerda cómo se enteró de lo que le estaba sucediendo a Casillas mientras ella estaba regresando de Cádiz, a donde había viajado un par de días por trabajo. "Cogimos un vuelo con total normalidad a Madrid, donde tenía que hacer una escala de unos 30 minutos hasta coger mi avión a Oporto". En ese momento estaba acompañada por Ana, su representante, que se despidió de ella una vez llegaron a la capital. Sin embargo, a los cinco minutos de decirse adiós volvió con malas noticias.
"Sara, estate tranquila, pero a Iker le ha dado un infarto". Así, con un silencio posterior a verbalizarlo, lo cuenta Carbonero en este documental dedicado a su marido y padre de Lucas y Martín, sus dos hijos. "Solo recuerdo coger el teléfono inmediatamente y empezar a llamar. Lo primero que hice fue llamar a Iker, que no sé por qué lo hice porque era muy poco probable que me respondiera", comenta. La siguiente llamada fue a Nelson, el médico del Oporto. Y después intentó ponerse en contacto con Sandro, el jefe de seguridad del equipo. Sin respuesta también.
"Cuando iba a subir al avión, en la escalera, me llamó Iker". La presentadora no olvida esa voz "débil" de Iker Casillas, con un tono "como ido, pidiendo perdón". "No sabía muy bien lo que me estaba diciendo, pero a mí ya me tranquilizó. 'Estoy bien, me han operado'. Y ya está, lo demás ya daba igual, no sé qué más me dijo".