1.La previa: chequear los cimientos de pareja

Siempre es fundamental evaluar cómo está la pareja antes de ser padres. "Es muy habitual y se ve en consulta el caso de las parejas que dicen 'estamos mal y para intentar arreglarlo vamos a dar un paso': que puede ser primero matrimonio y luego dan otro: tener hijos", explica Lara García. Cuando se tienen niños va a haber siempre un periodo de adaptación "y esto seguramente va a desunir porque los niños generan conflicto, se está cansado y al final criar es sacrificado.El bebé va a reflejar un poco más agudizada la dinámica de lo que había, no va a solucionar nada. Si cuando no teníais hijos discutíais tres veces por semana, cuando los tengas vas a discutir seis".

2. Prepararse psicológicamente a conciencia para lo que viene

"Cuando se va a ser madre se debe hacer un trabajo psicológico previo contigo misma, aprender a vivir de una nueva forma. Sobre todo en las mujeres más perfeccionistas, en las que suelen aflorar lo que entienden como defectos o sensaciones de que no se está a la altura por todas sus exigencias", véase el caso de Soraya. También está esa sensación de tener que tirar del carro (la mujeres han cargado tradicionalmente con el rol de cuidadoras)."La experiencia va a traer muchas cosas positivas pero va a haber unas renuncias en la vida y se va a tener que cambiar de hábitos, lo que requiere un proceso de aprendizaje. Es muy habitual, como ha ocurrido con Soraya (a quien se le ha manifestado además con psoriasis), que las madres con este papel tan central en la vida del bebé sufran estrés, ansiedad y sobre todo que se despiertan en algunos casos problemas internos no resueltos con una misma y se va a transmitir de alguna manera esa inseguridad en la maternidad".

3. La pregunta del millón: ¿qué tipo de padres queremos ser?

Lo primero es lo primero. Igual que cuando preparamos un viaje, si tenemos pareja y decidimos embarcarnos en esto, habrá que ponerse de acuerdo con hacia dónde ir. "Tener una conversación profunda en pareja sobre qué va a implicar la llegada del bebé. Muchas veces esta se vive como un 'shock' y hay gente que no alcanza a entender lo que conlleva, por eso es necesario sentar esas bases antes: reflexionar a propósito sobre el cambio de estilo de vida y pensar cosas prácticas como si se va a contratar ayuda, si irá a guardería, cómo se van a organizar los horarios, hacer cuentas...", explica Lara García.

4. El periodo de adaptación a la llegada del bebé: sobrevivir al huracán

"La llegada del primer bebé no es un momento fácil. Es una vorágine de sentimientos: mejor momento de tu vida, pero a la vez el peor por todos los cambios, sacrificios y falta de descanso que hay que asumir. Te tienes que saber adaptar a todos los cambios que implica. Se dan muchos a nivel personal, muchas mujeres tienen problemas de autoimagen, se sienten mal consigo mismas... y esto disminuye a veces las ganas de tener relaciones, hay menos erótica en la pareja con el alejamiento que implica. También hay que entender que puede haber depresiones posparto y todo esto puede favorecer plantearse la separación".

5. De pareja a familia

Algo muy a tener en cuenta: la llegada de uno más remueve en plano. "Cuando somos pareja creamos conjuntamente una identidad de dos, cuando nace un niño ya se da también una identidad familiar: un triángulo, donde en el vértice estaría el niño", ejemplifica la psicóloga. Y explica: "En algunas ocasiones, como me han dicho a mí algunos hombres en terapia, la mujer se fusiona con el bebé, cambiando su identidad casi por completo a solo ese 'ser madre' y quedando el hombre en otro plano más secundario".

6. ... Pero sin perder la pareja (ni la individualidad)

Hay que tener mucho cuidado con esta estructura familiar y tener claro que hay además una identidad de pareja y una de persona individual. "A nivel personal es importante fomentar tus hábitos saludables, tener una vía de escape, un momento de cuidado para ti… Y es muy importante el trabajo de la pareja (todo el tiempo de calidad que hay que pasar para que no haya conflictos). Yo fomento mucho que se tenga tiempo libre en pareja, por ejemplo, dos horas a la semana, que cada uno le haga al otro una pequeñita sorpresa de ocio (ir a cenar, al cine...)". Tiempo como pareja para cuidarse (precisamente por seguir este consejo de salir a cenar en pareja le llovieron las críticas a Soraya al ser madre). Con la erótica, como apunta Lara García, pasa igual: "Es buena idea aprovechar para darse un masaje y fomentar toda esa parte de piel y cariño que se da solo al bebé y a menudo se olvida en la pareja. Además, el bebé es fruto del amor de pareja y no hay que olvidarlo".

7. La negociaciación

Lo ideal es aplicar todo eso para que, llegados este punto, no se haya entrado en la espiral de caos. De ser así, la ayuda profesional es una herramienta fundamental. Como apunta la terapeuta de pareja, es muy común que las parejas que se ven desbordadas y a punto de una posible separación por no haber podido gestionar la llegada del bebé acudan en busca de ayuda para encauzar la situación. "La comunicación es la clave: poder expresarse y decir cómo te sientes y el empezar a pedir son cosas que se trabajan en este tipo de sesiones. Así como todo el aspecto de negociación de pareja: llegar a pequeñitos pactos/acuerdos en la organización de tareas para gestionar la crianza mucho mejor".