"No siempre la verdad es lo que cuenta". Con esta declaración de intenciones ha vuelto Tamara Falcó a la tele después de dos semanas que, en palabras de su compañero Pablo Motos, han sido "bastante toledanas". ¿El motivo? La filtración de una supuesta deslealtad por parte de su pareja, el diseñador de coches Íñigo Onieva, que la aristócrata ha tenido que desmentir hasta la saciedad. Según iban pasando los días eran más los datos que se publicaban informando sobre una presunta separación que nunca ha llegado a producirse. Y la presión mediática pasaba a ser directamente proporcional a los titulares, algo sobre la que la marquesa de Griñón se ha pronunciado en su esperada reaparición.

"Ha sido complicado", lo ha definido. Acostumbrada a una relación blanca con los medios de comunicación, herencia de su madre, Isabel Preysler, su hija ha conocido en este último tiempo la cara B de ser noticia del papel couché.

"Yo tenía mi rutina, iba al gimnasio y me perseguían con cámaras. Me pedían que esperase y yo les decía: '¿Pero cómo que espera? ¡Que llego tarde!", ha explicado. Una situación "tensa" a la que se enfrentaba cada vez que ponía un pie en la calle y que ha terminado con algún que otro leve enfrentamiento entre Tamara y los periodistas de calle, a los que tuvo que recordar que el lugar donde estaban grabando era propiedad privada.

Ahora que ha bajado este "acoso mediático", como lo describió hace un par de semanas, Falcó ha recurrido a su peculiar sentido del humor al hacer referencia a los paparazzis en su intervención semanal en 'El Hormiguero', donde comparte plató con Nuria Roca, Juan del Val y Cristina Pardo. "Creo que es mejor no mencionar mucho a los paparazzis porque es como invocarles", ha expresado con una sonrisa, dirigiéndose a ellos y prometiendo que les "perdona" por la presión a la que se ha visto sometida: "Eso es bastante egoísta, porque si no lo haces pasas más tiempo en el purgatorio".

A pesar de que para su reaparición ha recurrido al sarcasmo, hace exactamente dos semanas se vio obligada a ponerse seria para frenar una serie de 'fake news' que para ella eran imparables. "La última semana, Íñigo Onieva y yo hemos sufrido un auténtico acoso por parte de algunos medios que solamente intentan nutrir falsedades", denunció a través de un comunido. En él, además de informar de que su pareja iba a interponer medidas legales, la hija de Carlos Falcó reiteró que su relación seguía en pie a pesar de su decisión de optar por "el silencio, esperando a que pasase".