Tamara Gorro no descarta una reconciliación con Ezequiel Garay. A principios de año, la madrileña comunicaba que se había dado un tiempo con el exfutbolista tras llevar varios meses viviendo juntos sin ser pareja. “Hemos parado a tiempo con la esperanza de volver a recuperar y de terminar la vida juntos como siempre hemos querido”, aseguraba. Esta ruptura llegaba en una de las peores etapas de la creadora de contenido, que lleva año y medio curándose de una depresión grave con trastorno de ansiedad.
Tras volver a España después de “resetear” y recargar pilas en Estados Unidos, la presentadora ha retomado su vida social, su rutina y su trabajo. Si hace unos días atendía a la prensa en la inauguración de un restaurante, ahora ha respondido de camino a la peluquería a las preguntas del reportero de GTRES, que se preocupaba, en primer lugar, por su estado: “Estamos que ya es bastante, voy a arreglarme el pelo después de tres meses que me lo estoy tiñendo yo en casa. No sé si me hará algún cambio, pero lo que quiero es taparme las canas que ya va siendo hora”.
En estos momentos tan delicados, la influencer está recibiendo no solo el afecto de su familia y amigos, también el de Garay: “Mi amiga me da amor, mis amigos me dan amor, mi marido me da amor…”, asegura Tamara, que está harta de que consideren al futbolista su expareja. “A mí me da rabia cuando decís el ex, ¿por qué el ex?”, preguntaba indignada, dejando una puerta abierta a la reconciliación: “El tiempo dirá todo, no hay que acabar siempre mal. Siempre lo he dicho: ‘Yo llevo anillo, él lleva anillo, y ya veremos qué pasa”.
Aún distanciados, el todavía matrimonio, que no tiene entre sus planes rubricar sus firmas en los papeles del divorcio, mantiene una excelente relación y comparte planes con Shaila y Antonio, sus dos tesoros. Para ambos la familia es lo más importante de sus vidas. Y así va a seguir siendo pase lo que pase.
Prueba de ello es una de las últimas historias del Instagram de Gorro. “¿Ellos quieren fútbol? ¡Pues al fútbol!”, se grababa este miércoles por la noche junto a los niños y Ezequiel en las gradas del Wanda Metropolitano, donde jugaba el Atlético de Madrid, equipo donde está aprendiendo a jugar el pequeño de la casa.