A Andrés (su nombre de pila) siempre le ha gustado jugar con eso de la realeza. No solo por su apellido, que ya es casualidad, sino por una canción que parafraseó en su Instagram a la que cualquiera podría pillar un doble sentido. "No tengo trono ni reina, ni nadie que me comprenda", escribió en una publicación durante su paso por los últimos San Fermines.
Además de los toros, Roca Rey es un crack en el golf, un deporte que a finales del año pasado le hizo reflexionar sobre su pasado: "En la mitad del mundo yo tengo un montón de amigos. La mitad de mí se quedó en la ciudad de Quito. Un pedazo de mi alma, una parte de dos, mi 50%, se quedó en Ecuador".
Aunque nació en Lima el 21 de octubre de 1996, su debut fue en 2013 en España. Y lo del toreo no fue una cosa que le llegase por casualidad. Su familia por parte de padre siempre ha estado ligada a la tauromaquia.
Su bisabuelo fue el primero. Después llegó su abuelo, que se dedicó a ser administrador de una plaza. La tercera generación la encabezó su tío José Antonio.
Y junto a él llegó su hermano menor, Fernando, que mantuvo la tradición del toreo en la familia (junto a Andrés, claro).
Ya es un habitual ver en las redes de Andrés Roca Rey cómo comparte su #AmorDeHijo. "A la que más me quiere y más quiero", dedicó en una foto en la que posa con su madre en mayo de 2016. No hay año en la que no la felicite en su día.
De sus amigos siempre ha sacado una lección: "Quiero mucho a la gente detallista. No de comprar regalos, sino de regalar momentos".
Y por último, como en todo perfil de Instagram que se precie, Roca Rey también tiene su foto 'remember'.