Un poco cansado de estar encerrado en una embajada tiene que estar Julian Assange a juzgar por su aspecto. Claro que se trata de un prófudo de la justicia que ha pedido asilo político. En realidad, más grave sería lo de Lady Gaga, que ha ido a verle vestida de bruja, pero bruja piruja de cuento, pero ya conocemos al personaje. Un icono de pop que a ha agotado al capacidad de sorpresa.
Aunque nadie esperaba que fuera a cenar con Assange, en eso sí ha conservado cierta frescura. El asunto es que la cita se produjo en un momento complicado de la cantante. Al igual que Christina Aguilera, o Selena Gómez, está teniendo que aguantar comentarios sobre su peso, figura o dieta.
Encima en su concierto en el Sant Jordi se permitió el lujo de vomitar sobre el escenario, quién sabe si para mofarse de Justin Bieber o darle su apoyo. El caso es que Assange, en su cita con ella, eligió el momento más inoportuno para dejarse ver con una manchita en la camiseta. En Twitter ya circulan las mofas sobre si la mancha no tendría su origen en otra indisposición de la diva.