Selena Gomez ha sido la última estrellas de Hollywood en tener que pasar por rehabilitación. La cantante decidió entrar, voluntariamente, el pasado mes de enero en un centro (por el que ya han pasado otras estrellas como Lindsay Lohan) para someterse a una terapia de 15 días.
El encargado de dar a conocer la noticia fue su representante, quien aseguró que Selena "pasó tiempo allí pero no por abuso de sustancias". La cantante tuvo que suspender los conciertos que tenía programados para dicho mes en Australia y Asia, y ya entonces pidió disculpas a sus fans alegando que "necesitaba pasar tiempo consigo misma".
Sin embargo, fuentes cercanas a la cantante aseguran que el tratamiento se debió a "una combinación de problemas, incluídos el consumo de alcohol, marihuana y al Ambien, un medicamento sin receta contra el insomnio", según publica el portal TMZ.
Las mismas fuentes aseguran que Selena culpa a Justin Bieber de sus problemas: "la decisión de Selena se debió, en gran medida, a Bieber. Le culpa de muchos de sus problemas con los excesos a los que ha estado expuesta mientras salía con él y sus amigos".