1. Piel hidratada. Agua, copa de vino, un té, un café... ya sabes: todo cuenta.
2. Piel desintoxicada. Incluye vegetales/hortalizas como primeros platos.
3. Piel luminosa. Como segundos platos, consume proteínas ligeras como el pollo, la ternera blanca o los pescados.
4. Piel firme. Dos veces a la semana consume pescados azules.
5. Piel sana. Elige recetas sencillas, cocina al horno o a la plancha.
6. Piel tersa. Evita las salsas o rebozados.
7. Piel energizada. Uno o dos días a la semana come hidratos de carbono del tipo pasta o arroz o legumbres.
8. Piel joven. Si comes hidratos, mejor como platos únicos.
9. Piel fresca. De postre, pide una infusión. Te ayudará a sentirte saciada.
10. Piel resistente. Por mucho trabajo o lío que tengas, no te saltes nunca la comida.
Truco Divinity
Si no hay acidez, los zumos de dos o tres piezas de fruta u hortalizas frescas son muy recomendables. Incluso mantenerlo sublingual es una buena manera de favorecer la absorción de vitaminas", afirma la Dra. Concepción Vidales, de la Clínica Nutrimedic.