Ingredientes ‘mágicos’
Las fórmulas que contienen ácido salicílico mantienen los poros limpios de grasa y bacterias. Otros activos recomendables son los retinoides (derivados de la vitamina A), ya que disuelven la suciedad y favorecen la renovación de la piel.
Efecto ‘arrastre’
Los jabones tipo ‘scrub’ se llevan los restos de queratina y el tapón córneo pigmentado que se forma dentro del poro.
Pieles delicadas
Los cosméticos más adecuados para este tipo de cutis son los que tienen textura de sérum o las cremas fluidas con un alto poder hidratante, mejor que las fórmulas muy nutritivas. Dos o tres veces por semana hay que complementar estos cuidados con exfoliantes y mascarillas que contengan caolín, arcilla blanca, bentoína o dióxido de titanio, unos excelentes purificantes.
Poros rebeldes
Con los poros más rebeldes sólo cabe una solución: tratar de camuflarlos. Lo mejor es comenzar con una prebase, para crear una capa uniforme, y aplicar después el fondo de maquillaje, partiendo del centro del rostro hacia el exterior. También podemos recurrir a un corrector fluido en las zonas más conflictivas, como los pómulos.
Factor edad
A medida que envejecemos, el cutis pierde elasticidad y aparece la flacidez. Esto hace que los poros se hagan mucho más grandes y ovalados. La solución pasa por utilizar a diario una crema que refuerce la estructura interna de la piel, con ingredientes como el extracto de levadura microfiltrado, que estimula la síntesis de colágeno, y el aceite esencial de geranio, que frena su deterioro.
Tecnología punta
La Luz Pulsada Intensa (IPL) es un arma muy eficaz para cerrar los poros, a la vez que elimina manchas y rojeces e ilumina. Otra posibilidad es la luz LED azul, que inhibe el crecimiento de las bacterias.