Una propuesta llena de color que ha supuesto un giro de 180º para la firma italiana y puede considerarse una continuación del desfile masculino, presentado a finales de enero.
Con una estética juvenil que coge como referencia la estética británica clásica, Gucci actualiza su silueta. Mientras que su predecesora y compañera, Frida Giannini, pretendía continuar en cierto modo el legado sexy de Tom Ford, Michele propone una era con prendas suaves que acarician la piel. Ha sido un desfile interesante y fresco con el que la firma se despide del glamour y abraza una nueva sensibilidad.
Gucci entra en una nueva era. El cóctel de prendas, principalmente chaquetas, pantalones y vestidos, explora la desconexión. Es decir, éstas pretenden mostrar el misterioso espacio entre lo que "está siendo" y lo que "todavía no es". Desde la firma han escogido prestadas las palabras del filósofo Roland Barthes para reflejar la intención del desfile: "Lo contemporáneo es lo intempestivo".
El trabajo del taller brilla a un nivel extraordinario en la fantasía de detalles: pájaros bordados en jerséis (inspirados en los ambientes georgianos), flores prestadas de tapices "abandonados en áticos antiguos" o plisados perfectos en vestidos etéreos.
Al igual que hicieran en la colección masculina de otoño-invierno 2015, Alessandro Michele vuelve a desdibujar los límites entre lo masculino y lo femenino. Ha sido un desfile sin género (genderless) en el que era difícil diferenciar los sexos de las modelos. Esta indefinición esconde una nueva dirección en la moda que aboga por mujeres y hombres con igual valentía a la hora de arriesgar con la moda.
Por la versatilidad de sus siluetas, sus colores y sus detalles las prendas y los accesorios de este desfile están destinados a ser éxitos comerciales. Hubo sutiles referencias a la tendencia de inspiración setentera, la gran apuesta de este año, y además, en un ejercicio de maestría, Michele ha creado prendas que pueden ser lucidas también esta primavera, por lo que conquistarán el street style de las principales capitales de la moda en cuanto estén disponibles.
Alessandro Michele trabajó para Fendi (en la sección de accesorios) y entró en Gucci en 2002. Desde el año 2011 fue adjunto de la entonces directora creativa de la firma, Frida Giannini. El cuidado por el detalle y los accesorios de esta colección está directamente relacionado con su trayectoria profesional, que acaba de hilvanar una nueva etapa. Alessandro, gracias por esta primera colección.