Antes el garaje tenía el suelo de cemento, solo había estantes y una vieja nevera. Era un garaje en desuso. Ahora, y gracias a la ayuda de Josh Temple, se ha convertido en un salón para fans del motor, en un bar con barra con suelos de bambú nuevos, una barbacoa, taburetes de diseño hechos con piezas de coche y las paredes se doblan hacia dentro y hacia fuera.