Thomas Markle ha sufrido un ictus. Así lo ha confirmado Samantha, su hija mayor, que está ejerciendo de portavoz de la familia ante esta situación crítica de la que Meghan, por el momento, ha optado por mantenerse al margen. "Mi padre se está recuperando en el hospital. Pedimos privacidad para la familia por su salud y bienestar. Solo necesita paz y descanso", ha expresado hace unas horas la archienemiga pública de la duquesa de Sussex, que también ha confirmado a MailOnline, medio encargado de dar la información en primicia, que su padre ha perdido el habla a causa de este accidente cardiovascular grave.
Al igual que sucedió con la boda entre Markle y el príncipe Harry, a la que Thomas no acudió, este problema de salud vuelve a convertir en actualidad esta turbulenta relación padre e hija que tanto han escudriñado los tabloides británicos (y cuya principal fuente siempre ha sido Samantha Markle). En esta ocasión, la hermanastra de Meghan se ha encargado de culparla indirectamente del ictus. "Es una burla lo mucho que ha sido torturado y lo mucho que ha tenido que pasar por culpa del desprecio de mi hermana en estos últimos años -le ha manifestado al periodista Dan Wootton- Eso es imperdonable".
Tal y como asegura el medio ya mencionado, todo comenzó el lunes, cuando el padre de Meghan Markle acudió a un centro médico en Tijuana, México, donde reside en la actualidad y en el que fue fotografiado por TMZ con una máscara de oxígeno. Fue Samantha, tras una conversación telefónica en la que se percató de que su padre tenía serios problemas para expresarse, quien le insistió en que acudiese a este hospital. De ahí, dada la gravedad de su estado de salud, le recomendaron cruzar la frontera estadounidense para ingresar en una clínica muy cercana a Montecito, Santa Barbara, donde se encuentra la residencia habitual de los duques de Sussex.
Solo, comunicándose vía mensajes con los hijos con los que sí tiene relación, Thomas Markle está en observación y a la espera de reunirse con Samantha y Thomas Junior, los hermanos mayores de Meghan, que en estos momentos están dirigiéndose hacia el hospital para estar a su lado. Los profesionales que están a su cargo, de estabilizarse su situación médica, le han advertido de que a partir de ahora le espera una larga recuperación que truncará sus planes a corto plazo.
Al parecer, su entorno ya estaba preocupado desde hace unas semanas por su estado, ya que su presión arterial era más elevada de lo habitual. Recordemos que el padre de Meghan ya sufrió un infarto antes de la boda de su hija y que a sus 77 años convive con una salud delicada. Sin embargo, a pesar de esto, Thomas quería viajar a Reino Unido para conocer a Isabel II, la bisabuela de su nieto Archie, y presentarle sus respetos en los actos con motivo de su Jubileo de Platino por sus 70 años en el trono. Una cámara iba a grabar su paso por tierras londinenses, su visita al Palacio de Windsor y, quizá, su reencuentro con su hija y su yerno, al que todavía no conoce (y cuya presencia no está confirmada en estas celebraciones en honor de la reina de Inglaterra).
La presencia constante de Thomas Markle en los medios, sumada a la guerra de los tabloides con Meghan, a la que dibujan como la "villana" de este entramado familiar, han provocado que la duquesa de Sussex vuelva a ser juzgada en lo personal. Su ausencia "a los pies de la cama del hospital de su padre", como dicen textualmente los periodistas encargados de cubrir esta noticia, ya es una cuestión de debate sobre la que, salvo que la situación se complique, se espera que ella permanezca en silencio.