"El peso de mi fama me hundió". Estas son unas declaraciones que Tania Llasera ha concedido en el canal 'Animales Humanos', un espacio en el que ha recordado una de las etapas laborales más exitosas de su carrera pero que, sin querer, afectó de forma muy negativa a su vida personal. La presentadora habla de sus inicios, cuando era una becaria que, tras pasar por muchos programas, de golpe se convirtió en uno de los rostros más conocidos de la televisión. "Nadie te prepara para ser famosa", asegura.
A pesar de que su trabajo le apasionaba y formaba parte de algunos de los programas más vistos del momento, Tania Llasera empezó a sufrir las consecuencias de ser un rostro conocido. En cuestión de días, todo el mundo quería llevar su pelo y "un cachito" de ella, algo que no supo como gestionar. "Me sacaban muchas fotos y siempre se vendía la más fea. Era un poco democratizar a los famosos, que me parece estupendo, pero yo no me consideraba famosa. Era muy desagradable", ha recordado en el espacio citado anteriormente.
Al ver que era seguida por los paparazzis casi a diario y que la imagen que se mostraba de ella no era la idílica, la presentadora empezó a "encerrarse en casa, a no querer salir" e incluso dejó de pasear a su perra para no ser captada por las cámaras. "La prensa del corazón quería ver a mi marido, mi marido no quería. Las consecuencias de mi trabajo se me atragantaron mucho", explica.
Si tuviese que elegir uno de los momentos que más duros le pareció fue una mañana, un día de bajón que, llorando, decidió irse a dar una vuelta por El Retiro, uno de los parques más conocidos de la capital. Justo en ese momento, sin que ella se diese cuenta, "un pelotón de niños" llegaron para pedirle una foto: "¡Me pegaron un susto! Me sacaron una foto llorando, recuerdo ese momento".
A raíz de momentos como este y tras notar que ese revuelo profesional le estaba afectando de forma muy negativa, Tania, aconsejada por sus padres, decidió empezar con la terapia, algo que recomienda y que continúa haciendo hoy en día cada vez que tiene que hacer frente a una situación complicada. "Por eso empecé a ir a terapia y siempre, para ordenar la azotea, tienes que sacar todos los muebles y limpiar. Es un proceso largo, pero sí que me ayudó un montón a ser la persona que soy ahora. No estaría tan buen amueblada", confiesa.
Tras tomar la decisión de dejar de fumar, Tania Llasera engordó 30 kilos en unos años. En ese momento, tal y como ha contado ella misma en esta entrevista, se convirtió "en la cuarta noticia más googleada", su antes y después. "Yo engordé y yo me veía mejor, pero la gente no lo entendía. Eso fue como una revolución. Si yo no tengo un problema, ¿por qué lo tienes tú, sociedad?", se preguntó en aquel momento.
Sumado a eso, la presentadora estaba pasando "un proceso de abortos expontáneos", es decir, su cuerpo se quedaba embarazado pero "enseguida lo perdía". "Yo prefería estar embarazada y sana que estar maciza, eso ya lo había disfrutado", les dice ahora a todos los que criticaron su estado físico. En ese momento, cuando engordó, Tania empezó a notar "muchísima gordofobia" y preocupación por su salud. "Cogí 30 kilos a lo largo de los años, parte por dejar de fumar y otra parte porque me sentía enjaulada y la maternidad me trajo muchos momentos oscuros. Los primeros en señalarme fue la prensa, fui a Cibeles y ya se me notaba el cambio físico. Fueron las redes sociales donde empezaron a insultarme, a llamarme gorda y a decirme que me muriese. Habiendo sido una diva, cómo osaba engordar y estar orgullosa de ello", ha reflexionado en su última entrevista.