Sentirnos cómodas con nuestro médico, ya sea el de cabecera o el cualquier especialidad, es esencial. Necesitamos contar con un profesional que nos dé confianza para exponer sin reparos cualquier cuestión que afecte a nuestra salud, y recibir una repuesta clara, concisa y respetuosa. Cuando se trata del ginecólogo, aún es más importante saber que estamos en buenas manos. No solo se trata de hablar de nuestra intimidad a diferentes niveles, sino que es alguien que va a acompañarnos en diferentes etapas de la vida, acompañando nuestra salud sexual y reproductiva. Por eso a la hora de elegir un ginecólogo hay aspectos determinantes que debes tener en cuenta, y que te contamos a continuación.
A la hora de dar con el ginecólogo ideal (sí, existe) no hay nada como hablar con amigas y familiares de confianza que te puedan dar referencias. Si llevan con su ginecólogo tiempo, ya habrán pasado por situaciones que hayan sido determinantes para saber cómo se sienten con él, sobre todo si ha habido embarazos, enfermedades, etc. Así podrás hacerte una pequeña lista de nombres con los que empezar una búsqueda certera.
Esto es esencial, ya que para todas no resulta igual de sencillo hablar de nuestra vida íntima. Debes sentir que tu ginecólogo presta atención a lo que le cuentas y no trata de “tonterías” las cosas que te preocupan. Así debe ser para que no te guardes ninguna información que pueda ser relevante para cuidar de tu salud, y para que quien las recibe les dé la importancia que merecen, sin descartar nada de antemano.
Que tu ginecólogo te escuche con atención es el primer paso para ofrecerte soluciones claras y efectivas a cualquier molestia o malestar que tengas. Puede que solo se trate de dudas acerca de hábitos o estilo de vida, y en esos casos también debe asesorarte sobre lo que es mejor para tu salud, ofreciéndote la información que necesites al respecto.
Durante la visita al ginecólogo pueden hacernos todo tipo de pruebas, que en ocasiones pueden resultar incómodas, y más aún si no sabemos con qué finalidad se hacen. Un buen ginecólogo siempre te informará de qué te va a hacer, en qué va a consistir y para qué te lo hace, además de realizar las pruebas con tacto y cuidado.
Esto es algo que ningún profesional médico debería hacer, pero parece que al hablar de la intimidad sexual y reproductiva de una mujer la cosa se complica. Ni tu estilo de vida, ni tu orientación sexual, ni tus decisiones a la hora de ser madre o no, ni cómo llevarlo a cabo, deben ser tela de juicio.
El lugar donde pasa consulta el ginecólogo también es muy importante. Valora qué sensaciones te da el espacio, si cuenta con todas la instalaciones y recursos necesarios, cuánto tiempo tardas en llegar, el horario de atención y la posibilidad de ser atendida de urgencias.