Quien diga que la danza clásica no es un deporte exigente es que es un inconsciente, sino que se lo digan a las personas que han hecho de este tipo de baile su entrenamiento favorito. El Ballet Fit, una de las últimas tendencias que arrasa en países como Estados Unidos o Reino Unido, combina la técnica de este arte con ejercicios propios de yoga y pilates. Una nueva forma de ponerse en forma que se ha vuelto muy recurrente entre nuestros rostros conocidos, como Paula Echevarría, que ya es toda una experta en la barra.
La actriz, con la inestimable ayuda de la bailarina Yasmina Sancayo, se proponía “recuperar el tipo” con esta disciplina tras el embarazo de su hijo Miki, según explicó a sus seguidores en su perfil de Instagram, donde muestra semanalmente su progreso. Su innegable cambio físico prueba que está consiguiendo con creces sus objetivos.
Tanto es así que ahora ha hecho de esta práctica su rutina obligatoria para arrancar con fuerza la semana. “No importa cuando sea, pero cuando llegue algo a tu vida que te guste y te haga sentir bien, quedátelo”, está Paula encantada con el Ballet Fit, aclarando este mismo lunes que no lo hace para convertirse en bailarina, sino por la sensación de felicidad que le genera.
“Y ya no solo por los cambios físicos, sino por lo que me motiva y me divierta, aunque sufro más que con ninguna otra disciplina que haya probado”, admite Echevarría, que es consciente de que Yasmine “tiene mucho que ver en que sea así”.
El Ballet Fit ha enganchado a las 'celebrities' dentro y fuera de nuestro país. Alessandra Ambrosio, Taylor Swift o Alessandra Ambrosio están entre los nombres internacionales que lo ejecutan. En nuestro país, además de Sara, otra de las famosas que trabajo mano a mano con la citada embajadora es Raquel Sánchez Silva, que retomaba las clases de danza por varias razones, entre las que está mejorar su postura corporal y sus dolores de espalda. Beneficios de los que también disfrutan Laura Sánchez, Rossy de Palma, Naty Abascal o Eugenia Silva, que se considera “adicta” a esta doctrina.
Adicción a la que sucumbió la sobrinísima de Isabel Pantoja, que ya sabe cómo realizar un bien pliés. “Qué manera de engancharme. Acabo reventada, os lo juro”, compartía entusiasmada Anabel, que aclaraba que, aunque por sus movimientos suaves parece tranquilo, nada más lejos de la realidad. “Os juro que jamás pensé quemar y moverme tanto con esto. Parece sencillo y nada duro, pero probad. Mis caras lo dicen todo”.