Pablo Carbonell ha puesto fin a un problema de salud que sufría hace tiempo. El cómico, con el sentido de humor que tantas alegrías le ha dado en lo profesional, informaba a sus seguidores los motivos de su ingreso hospitalario adjuntando una fotografía en la que aparece postrado en la camilla de un hospital.
"Cuando mi primo Eloy me veía sin camisa me preguntaba si es que estaba haciendo la digestión de un montón de piedras, tenía una hernia o varias que le daban a mi tripa un aspecto montañoso y cambembo", explicaba el actor, que fue "retrasando" la intervención al no querer "estar de baja una semana". Sin embargo, lo que le "dolía aquello" le hizo pasar por el quirófano el pasado 24 de enero en una clínica privada de la capital.
"¡Hala! Ya he salido del otro lado de la anestesia. Ya os puedo contar. Estoy de maravilla, unos puntos más, debo andar ya por los cincuenta, se canjean por experiencias", quitaba hierro al asunto el también presentador de televisión, que cree que pronto podrá mostrar su "nueva tabla de lavar".
Los compañeros de 'El Español' se han puesto en contacto con María Arellano, que ha dado más detalles de la hospitalización de su marido. "Le han operado de una hernia umbilical. Ya tuvo otra hace años, pero se hizo de urgencia. Esta ha sido programada y todo ha ido fenomenal", celebra la esposa de Carbonell, que no se ha separado de él en ningún momento: "Le han colocado una malla de polipropileno y ahora está recuperándose. Pero él como si nada, aunque tiene que reposar ya que trabaja con él diafragma".
El gaditano tendrá que permanecer unos días más en el hospital porque, como él mismo ha redactado en su post, tiene muchos puntos en el abdomen y hay que vigilar que no se abran. Sus proyectos profesionales tendrán que ponerse en suspenso temporalmente, por lo que podrá aprovechar para pasar tiempo junto a su pareja y su hija Mafalda, que es un ejemplo de superación para él. La adolescente sufre una enfermedad congénita llamada artogriposis múltiple congénita que le provoca problemas de movilidad y por la que ha tenido que ser intervenida unas cuantas ocasiones.
“El médico nunca había escuchado una reacción tan optimista” cuando el médico contó a la familia que la menor padecía una enfermedad rara que afecta a una de cada 3.000 personas. Unos problemas de flexión y extensión de sus extremidades que no ayudaron a que tuviera una infancia feliz Mafalda, que nunca entró entre sus planes tirar la toalla a la hora de cumplir su sueño: el dedicarse al mundo de la interpretación como su padre.