Once días después de que Dani Alves entrara en prisión por un presunto delito de agresión sexual, su mujer, la modelo Joana Sanz, habría pedido el divorcio a través de sus abogados. Letizia Requejo, periodista del programa de Ana Rosa, adelantaba esta información en exclusiva y explicaba que, al parecer, la joven estaba "arrepentida" de las primeras declaraciones en las que defendió la postura de su marido. "Ella la semana pasada pidió un vis a vis y él dijo que no. Quería ser ella quien le diese la noticia, que se enterase por ella de esta decisión, y él prefirió no verla", ha contado la reportera del programa.
Horas después de salir a la luz esta información, Joana Sanz ha utilizado sus redes sociales para desmentir algunas de las conversaciones que se han hecho públicas. La modelo ha querido dejar claro que "las informaciones recientes" sobre cosas que ella ha dicho son "totalmente falsas".
"No me he puesto en contacto con ningún medio ni ningún periodista en concreto. Cuando tenga algo que decir, lo haré yo, Joana Sanz, vía comunicado en mis redes sociales. Todo lo demás son especulaciones", ha dicho a través de sus redes sociales. Joana también ha querido agradecer "la preocupación", pero ha dejado claro que en estos momentos hay "un proceso en curso que merece no ser intoxicado".
En sus primeras declaraciones públicas, que tuvieron lugar horas después del ingreso en prisión del deportista, Joana pidió "respeto a la privacidad" a los medios de comunicación que estaban fuera de su casa cuando ocurrió todo. "Mi madre ha fallecido hace una semana, apenas he empezado a asumir que ella ya no está como para que me atormenten con la situación de mi marido", pidió públicamente en aquel momento. Pero el cambio de actitud de Joana Sanz ha tenido lugar en los últimos días.
En un primer momento defendió a su marido alegando que siempre había sido respetuoso con ella e incluso llegó a mencionar que en varias ocasiones ella misma había sido testigo de cómo otras mujeres intentaban tener algo con él. Sin embargo, hace unos días, Joana Sanz eliminaba de sus redes sociales todas las fotografías que tenía junto al brasileño. También compartía públicamente los mensajes de odio que estaba recibiendo a través de su cuenta de Instagram.
En las últimas horas ha salido a la luz cómo se encuentra el futbolista. Mayka Navarro, periodista, publicaba en La Vanguardia que la adaptación está siendo "modélica" y que el pasado jueves disputó su primer partido con compañeros de patio. Al parecer, el futbolista está "muy tranquilo, reservado, de pocas palabras y sin externalizar demasiado sus emociones". El brasileño habría explicado durante estos días que es "plenamente consciente" de dónde está y de lo que puede pasar si no prospera el recurso de apelación que prepara su nuevo abogado. "Aceptaré lo que venga. Me fui de casa con apenas 15 años. He superado en mi vida situaciones muy difíciles y complicadas. Esta será una más que pasará. No me asusta nada", ha dicho durante sus primeros días en prisión.
Al parecer, Dani Alves no ha querido recibir la visita de sus familiares, algo que encaja con la supuesta petición de vis a vis por parte de Joana que su marido habría negado. La madre del futbolista viajó desde Brasil para ver a su hijo, pero el protagonista "prefiere esperar el resultado del recurso porque asegura sentir vergüenza de que su madre le vea en prisión".