Podríamos calificar el último encuentro de Eugenia Martínez de Irujo con la prensa como tenso. O bizarro. O las dos cosas al mismo tiempo. Porque en la mañana de este viernes, con motivo de la presentación de la colección de calcetines que ha diseñado ella misma con la colaboración de la marca Waves Socks para recaudar fondos para la Fundación Querer, volcada en la investigación de las enfermedades raras, la aristócrata ha protagonizado uno de esos 'canutazos' que hicieron de su madre, la fallecida Duquesa de Alba, una mujer icónica más allá de sus títulos.
Tras las preguntas de rigor sobre este proyecto solidario que lidera su amiga Pilar García de la Granja, los compañeros acreditados en este acto decidieron abordar uno de los temas del momento: la boda de Íñigo Onieva y de Tamara Falcó. Su vinculación con la novia, que es embajadora de la misma marca de joyas que ella y, además, otra 'grande de España', hacía pensar que Eugenia tendría, al menos, una opinión positiva sobre este enlace. Por no hablar de la posibilidad, nada extraña, de que formase parte de la lista de invitados.
Sin embargo, con esa espontaneidad que tanto caracteriza a Eugenia, hemos podido comprobar que ni una cosa ni la otra. "No voy a ir, vamos, no creo. Tamara es más joven que yo y tampoco somos amigas. Nunca hemos salido juntas entonces no tiene porqué invitarme, la verdad", ha comenzado a explicar, algo extrañada por que se le pregunte por Falcó. "Sus hermanos Manolo y Xandra son primos nuestros. Sí que tenía mucha relación con ellos, sobre todo en mi juventud, porque salíamos mucho juntos y eso, pero vamos".
Dos contestaciones consecutivas sobre el 'gossip' del año que, a la tercera, han provocado que la única hermana de los Martínez de Irujo se enfade. "No me vayáis a preguntar por Tamara ahora que me la bufa, o sea, no sé cómo explicarte", les ha espetado. Un acto de honestidad sobre el que, aunque ha pedido disculpas ("Lo siento, ¿eh? Pero es que no es plan. Me ha salido del alma, pero es que es verdad. Una pregunta vale, pero toda la entrevista preguntando por Tamara como que no") y se ha llevado las manos a la boca como muestra de arrepentimiento, ha dado fe del poco interés de la hija de Cayetana Fitz-James Stuart sobre el universo Preysler, por mucho postín que conlleve.
Tras cerrarse en banda a seguir explayándose al respecto, los periodistas han optado por probar con otros temas candentes. Que si la polémica entrevista de su hermano Cayetano en 'Viajando con Chester' ("La he visto y más o menos siempre es lo mismo, no me ha sorprendido para nada"), que si el papel de Fran Rivera como padre de su hija Tana ("No ha sido para nada un padre ausente") o la nueva vida del que fue su cuñado, Kiko Rivera ("Oye, tú eres muy pesada con la familia, ¿eh? Háztelo mirar, porque yo no pienso hablar ni de Kiko ni de nadie, eres pesadísima").
Un popurrí de preguntas que, aunque en otra ocasión habría respondido con naturalidad, en esta ocasión se ha negado a abordar. Porque en esta ocasión, Eugenia solo ha querido hablar de la Fundación Querer, de la "labor tan magnífica" que hacen en pro de los avances en la investigación de enfermedades raras y de esos calcetines con estampado de "cerdos voladores" que representan "que nada es imposible de conseguir en esta vida".