En 2006 y tras cuatro décadas de lucha, Manuel Díaz ‘El Cordobés’ conseguía obtener el reconocimiento legal que determinaba que Manuel Benítez era su padre. Unas pruebas de ADN certificaron al 99% que el diestro era su progenitor, una información que la madre de Manuel le había avanzado ya cuando era un niño. El torero ha apuntado en alguna ocasión que el proceso judicial fue amargo y que en el vivió "momentos de rechazo". Pero con el paso del tiempo el acercamiento entre padre e hijo comenzó a producirse, como él reconocía con ilusión. La historia entre ambos ha vivido un nuevo e histórico capitulo ahora, con el primer posado juntos.
Díaz ha compartido en su perfil de Instagram la que él mismo ha definido como la foto de su vida. Una imagen en blanco y negro en la que, por primera vez, posa junto a su progenitor tras años de ausencia de este y de que la cuestión se judicializase. El padre pasa su brazo por encima del hombro de su hijo, que le coge la mano cariñosamente, mientras ambos se ríen mirando a cámara. La instantánea ha sido tomada en un cuarto en el que, de fondo se ve la imagen de un diestro lidiando un toro, capote en mano.
La publicación se ha llenado, en apenas unos minutos de multitud de ‘me gustas’ y, especialmente, de un sinfín de muestras de cariño de los seguidores de Manuel y de personas de su entorno. Entre ellas, Alba Díaz, su hija junto a Vicky Martín Berrocal, que ha reivindicado la felicidad de su padre y el amor que siente por él. “Te amo y me encanta verte feliz, te lo mereces”, le ha respondido. Otros rostros conocidos, como Anne Igartiburu, Toñi Moreno, Carlota Corredera Remedios Cervantes y un largo etcétera, se han sumado a los mensajes.
A sus 54 años el torero ha podido, por fin, pasar tiempo junto a su padre. Benítez no se hizo cargo de su hijo cuando nació, y este creció sin que hubiese ningún tipo de relación entre ambos. La reclamación de Díaz siempre ha estado asociada a lo afectivo y lo personal. "Yo no quiero nada", reconocía hace un tiempo, apostando por enterrar el pasado y recuperar el tiempo perdido. "Sin decirnos nada, lo importante es estar y hablaríamos de 20.000 cosas de nuestra profesión, de la vida, no creo que me diese muchas lecciones de padre”, pedía entonces.
Después de que el padre le lanzase el guante, el hijo dio un importante paso para la reconciliación y el encuentro que finalmente ha acabado teniendo lugar. El diestro se acercó a Córdoba, donde su padre tiene una finca, y decidió parar en un bar que su progenitor tiene la costumbre de visitar. Pidió a la camarera entonces que le hiciera una foto a lado de la "foto del maestro". Y se fue, esperando que a oídos de su padre llegase lo ocurrido, de manera que pudiese cambiar de opinión respecto al acercamiento entre ambos. "Tengo que volver para enterarme. Estoy abierto y dispuesto, si él me pidiese que fuese, iría", deseaba.