Ana Obregón ha vuelto. Y con ella, su espontaneidad, su sonrisa y sus "ganas de vivir", como ella misma ha confesado en su primer encuentro con la prensa española. Dos días después de regresar a nuestro país con su nieta Ana Sandra, la actriz ha atendido a la prensa que la esperaba a las puertas de la madrileña urbanización de La Moraleja en la que reside para agradecer el apoyo que le han demostrado en este tiempo y contar cómo está viviendo esta nueva e ilusionante etapa vital.
"Voy a hacer pocas declaraciones porque he dejado a Anita, que me he ido a hacer el color del pelo porque estaba hecha un desastre". Esta ha sido su primera aclaración en el momento en que ha parado a atenderles, recuperando en su rostro esa naturalidad tan Obregón que hemos visto de nuevo después de tres largos años de luto por su hijo Aless Lequio.
Desde el coche, en el que la acompañaban sus hermanas Celia y Amalia Obregón, la presentadora ha dado las gracias personalmente a los periodistas por el hecho de que se alegren "de que haya vuelto a vivir" regalándoles una caja de pastas "en nombre de Anita". "Las gafas no me las quito porque llevo sin dormir cuatro días o tres meses...", ha bromeado, haciendo referencia al nuevo ritmo de vida en el que se ha embarcado desde que tiene a una niña "que está para comérsela" a su cargo.
Muy feliz y algo nerviosa, la actriz les ha pedido que la dejen "tranquilita" por unos días, al menos hasta la semana que viene, que será cuando conceda una multitudinaria rueda de prensa en la que presentará el libro que ha coescrito con su hijo. En cuanto a las visitas de amigos y familiares que están deseando conocer cara a cara a Ana Sandra, Obregón ha pedido paciencia. "¡Que hemos llegado antesdeayer! Tengo las maletas hechas, estoy esterilizando biberones...", ha planteado. Eso sí, quien no tendrá problemas para entrar en esa casa a conocer a la niña será Alessandro Lequio, del que la propia Ana ha dicho que "tiene las puertas abiertas siempre".
De este tema, de si conocerá o no a la que es su primera nieta, el conde nunca ha querido pronunciarse por respeto a su hijo. Sin embargo, durante la tertulia de 'El Programa de Ana Rosa' del pasado jueves, Alessandro dejó abierta esta posibilidad con las siguientes palabras: "Yo quiero paz, tranquilidad, relax, silencio, no quiero ruido. Ahora no es el momento", alegó, por lo que su encuentro con la pequeña Ana Sandra es probable que tenga que esperar.