Ayer nos dijo adiós una de las grandes. A los 73 años de edad, María Jiménez falleció en la madrugada del jueves en un hospital de su Sevilla natal, tras una larga enfermedad y rodeada de los suyos. Su muerte deja huérfano al público de una de las artistas más talentosas e irreverentes de la escena flamenca española, y a una de las figuras ya imprescindibles del imaginario colectivo, un referente intergeneracional. En las últimas horas ha tenido lugar su despedida pública, al estilo de las más grandes, siguiendo los deseos de la cantante, bailaora y actriz Uno de los platos fuertes ha sido el paseo a caballo por Triana de sus restos mortales, que acaba de tener lugar.
Lo decía ayer su único hijo, Alejandro Sancho. Pese a la evidente tristeza, tanto la artista como su familia querían que estos fuesen días de alegría y celebración del arte de Jiménez. Y es lo que están consiguiendo con un adiós multitudinario que recuerda al de otras grandes figuras de la cultura patria, como Paquirri o Lola Flores. Uno de los mayores deseos de María era que sus restos mortales pudieran dar un último paseo por las calles del sevillano barrio de Triana que la vio nacer. Y así ha sido.
Un coche de caballos blancos, como ella quería, ha sido el que ha transportado el cuerpo sin vida de la intérprete de éxitos como 'Se acabó' o 'Con dos camas vacías'. El carruaje, de madera oscura, ha sido ornamentado con flores blancas, mientras el ataúd contaba con plumas y un mantón de la artista, que diseñó de forma casi milimétrica cómo quería que fuese su despedida. Pero lo verdaderamente inolvidable ha sido todo lo que ha rodeado al vehículo.
Sevilla entera se ha echado a la calle para despedir a María, abarrotando las calles que ha recorrido el cortejo fúnebre. Desde su salida del Ayuntamiento de la capital andaluza, donde ayer tuvo lugar la capilla ardiente a la que se acercaron admiradores y muchos rostros conocidos, hasta la parroquia de Santa Ana, donde ha tenido lugar una misa de funeral en su memoria. Las calles de Triana se han llenado de gente que ha explotado en aplausos, arrancándose por bulerías y generando una atmosfera vibrante.
Papel destacado ha tenido el único hijo de María, fruto de su matrimonio con el actor Pepe Sancho. Desde que se conociese la noticia, de la que él mismo informó en un comunicado ayer por la mañana, su actitud con el público y los medios de comunicación ha sido intachable, mostrándose muy generoso pese a las circunstancias. Sereno y con una actitud positiva, ha explicado cómo fueron los últimos días de su madre y cómo esta se enteró de que su final estaba próximo.
En las últimas horas, hemos podido ver a Alejandro en todos y cada uno de los momentos que han formado parte de este último adiós. Presente ayer en la capilla ardiente, donde atendió a los medios, ha acompañado esta mañana durante parte del recorrido al féretro con los restos mortales de su madre. Finalmente, ha recibido el ataúd en la mencionada iglesia, sentado junto a Isabel, hermana de la artista, abanico en mano para aliviar el calor.