Si hay algo que los seguidores de Violeta Mangriñán saben bien es que la influencer se caracteriza por hablar alto y claro de la mayor parte de los temas que comparte con ellos. La maternidad ha sido el mejor ejemplo, desde que se estrenase en este universo con el nacimiento de Gala, su primera hija, en julio de 2022. La valenciana experimenta ahora su segunda gestación, y en pocos meses volverá a ser madre junto a Fabio Colloricchio. Apenas un año separa sus dos embarazos, y ahora Violeta se ha sincerado respecto de la inevitable comparación que establece entre ambos.
Mangriñán ha querido sincerarse con su parroquia en sus stories de Instagram respecto de algo que está "sintiendo mucho" últimamente. La extronista ha hablado abiertamente de cómo está gestionando el hecho de volver a estar embarazada mientras cuida de una hija de poco más de un año que la necesita para todo. Su primogénita, ha explicado, absorbe toda su "energía y atención", de manera que Violeta llega a olvidar incluso a veces que vuelve a encontrarse en estado de gestación: "Si no llega a ser por la tripota que tengo, a veces ni caigo", ha admitido.
En sus propias palabras, la influencer no está viviendo "con el mismo entusiasmo" ni prestándole "toda la atención que merece" a su segunda hija, que como ella misma reveló hace semanas, recibirá el nombre de Gia. "Últimamente todas las noches me paro a pensarlo y me pongo triste. Supongo que es normal teniendo una bebé pequeña, pero os juro que me siento horrible", ha explicado a su parroquia, antes de desearles buenas noches e irse con su "rallada a otra parte", como ella misma ha comentado, tirando de humor.
No es la primera vez que Violeta habla abiertamente de las dificultades que está atravesando durante su segundo embarazo. Además de echar de menos pasar tiempo con Gala, algo que ha provocado que decidiese que la niña se quedase con ella en casa un par de días en lugar de acudir a la escuela, también se ha encontrado con algún problema a nivel físico.
A principios de septiembre, la de Valencia reconocía estar sufriendo una dolencia en sus pechos, algo que no le había ocurrido cuando estaba embarazada de su primera hija. "Están muy hinchados, cada día más y me duelen, los pezones no me los puedo ni tocar y lo curioso es que debo tener los pezones a 100 grados mínimo porque están ardiendo todo el día", se sinceraba la extronista.