Desde que comenzó en el universo de las redes sociales, Tomás Páramo siempre ha sido un libro abierto a la hora de hablar u opinar sobre ciertos temas. El creador de contenidos, que ha formado una ídilica familia numerosa junto a su mujer, María García de Jaime, ha sido uno de los influencers que no dudó en comentar la publicación de Dulceida cuando anunció su embarazo de Alba Paul, un gesto que no gustó a muchos. El madrileño nunca se ha escondido a la hora de hablar sobre uno de sus mayores pilares: su Fe. Es por ello que, tras comentar la publicación de Domenech felicitándola por la llegada de su hija, muchos usuarios de Instagram -generalmente católicos- criticaron que dijera eso cuando, a su parecer, no casa con la iglesia. Ahora, aprovechando su intervención en el podcast de Nuria Roca y Juan del Val, el empresario ha respondido contundente sobre lo que opina que dos mujeres vayan a tener descendencia. ¡Te lo contamos!
Como adelantábamos, Páramo siempre se ha declarado católico y no ha tenido ningún miedo o reparo a la hora de expresar que se considera cristiano. Sin embargo, en muchas ocasiones ha reiterado que, para él, lo primero es la libertad del ser humano y el respeto a los demás, por lo que para él no es incompatible tener diferentes pensamientos con su entorno más cercano: "Yo huyo mucho de las normas que ha puesto el hombre. Se hizo mucha polémica porque Dulceida anunció que estaba embarazada y yo me alegré y comenté en su publicación y una corriente más conservadora de la iglesia me ha criticado por felicitarles. Yo tengo otro tipo de familia, pero ¿por qué no me voy a alegrar de la felicidad de ellas que para mí es amor?".
Además, en esta conversación con Nuria y Juan, ha querido poner un claro ejemplo: "Por ejemplo, no quiere decir que porque el papa condene la homosexualidad nosotros la condenemos. Creemos en Dios y también creemos que hay diferentes formas de amar. Muchas veces se nos encasilla por eso, para nosotros la fe es perdonar y no juzgar".
El perfil social de Tomás Páramo ha cambiado radicalmente en los últimos meses. El influencer rompía hace un tiempo con todas las campañas y mensajes publicitarios con los que no se sintiera realmente identificado. Dejó atrás la importancia de la imagen de cara al público y comenzaba a centrarse en lo que de verdad importaba: su familia y, sobre todo, su salud mental. El madrileño siempre ha reconocido lo afortunado que se siente al poder llegada cada día a más de cuatrocientos mil seguidores. Sin embargo, este altavoz dejó de usarlo con fines comerciales (con algunas excepciones) para abrirse en canal y contar qué había realmente detrás de su cámara del móvil cuando dejaba de grabar. Ahora, el madrileño aboga por humanizar las redes sociales y, por ende, mostrar a sus seguidores que, como cualquiera, también tiene preocupaciones.