Momentos difíciles los que vive Massiel actualmente. La artista madrileña de setenta y seis años ha tenido que decir adiós a su hermano pequeño, Emilio Santamaría, que falleció ayer a los setenta y un años de edad, tras haber sido diagnosticado de cáncer hace ya un tiempo. Aunque se dudaba con respecto a si la cantante acudiría o no a despedir públicamente a su único hermano, debido a su estado anímico, finalmente la intérprete de 'El amor' sí se ha desplazado al tanatorio en el que descansan sus restos mortales y en el que tendrá lugar su "atípica" despedida, acompañada de su hijo, y, entre lágrimas, ha atendido a la prensa.
Los dos hermanos Santamaría (aunque el público la ha conocido siempre por su nombre artístico, su nombre real es María de los Ángeles Félix Santamaría Espinosa), han estado siempre tremendamente unidos, siendo un apoyo total el uno para el otro. La unión no solo se dio en el ámbito personal y familiar: también en el profesional, ya que Emilio, cinco años menos que ella, fue representante de la cantautora durante dos décadas. Por todo ello, la pérdida ha supuesto un lógico varapalo para la que ha sido una de los grandes nombres de la música patria.
Emilio fallecía ayer en Madrid, un año y medio después de haber sido diagnosticado de cáncer, un período de tiempo que su hermana mayor ha calificado como "muy duro" cuando ha llegado al madrileño tanatorio de La Paz. Una temporada que, incluso, ha tenido un impacto físico en la vida de su hermana, "con muchas consecuencias para mi salud incluso", ha revelado ella misma a los medios a su llegada al velatorio, acompañada de la mano de su hijo, Aitor Zayas, para una despedida íntima pero peculiar. En estas últimas horas hemos podido ver también a Pablo y Carmen Santamaría, hijos de Emilio y sobrinos de la cantante.
Muy agradecida al equipo médico de su hermano, que ha permitido que el tránsito "haya sido lo menos doloroso" posible, la ganadora de Eurovisión en 1969 con 'La la la' ha explicado, visiblemente emocionada y entre lágrimas, que no podía hablar mucho. Con su hermano pequeño guardaba un fuerte vínculo ya que, como ha contado, le llevaba al colegio cuando era un niño, con el que trabajó durante mucho tiempo, que consideraba un amigo y al que acompañó desde que se le diagnosticó el cáncer. "Era un cachondo, un vividor, tenía mucho sentido del humor", le ha recordado.
Massiel, que ha agradecido la presencia de los medios de comunicación y los muchos mensajes de cariño recibidos en este tiempo, ha reconocido que el cáncer de su hermano era "inoperable". Y, preguntada por la prensa, ha confirmado que la despedida será "atípica". Su sobrina Carmen contaba horas antes que, a petición de su padre, será un adiós "sin dramas". "Vamos a estar todos los amigos recordando sus anécdotas, cantaremos, bailaremos, habrá muchas cervezas, habrá mucha comida, que es lo que gusta a mi padre,", contaba, con un barril en las manos al acceder al velatorio.