Ion Aramendi se ha consolidado como uno de los rostros más reconocidos de la televisión. El presentador, que en lo personal ha visto nacer a sus tres hijos fruto de su historia de amor con María Amores, ha celebrado ahora uno de los días más especiales en compañía de Ion, de once años; Lucas, de siete; y Marieta, de dos; que no han dudado en posar junto a su padre en una tierna instantánea.

Este martes, 11 de febrero, Ion celebra su 48 cumpleaños. Con motivo de la relevante fecha, su mujer y sus hijos le han sorprendido con una deliciosa tarta de chocolate donde ha soplado las velas en compañía de los más pequeños de la casa, que han imitado el gesto de su progenitor y han pedido sus mejores deseos para todo el clan.

Junto a la fotografía que ha compartido en su perfil de Instagram, el presentador ha asegurado que siempre ha tenido “una relación extraña” con el día de su aniversario, el cual comparte con su hermano mayor, Íñigo: “Nació el mismo día que yo, dos años antes, con lo cual siempre celebré mi cumpleaños al 50%, nunca fue mi día, era nuestro día, y de él antes que mío”, ha confesado sobre el que ha calificado de su “primer traumita” antes de felicitar a su familiar.

En la sintonía de lo anterior, el vasco ha desvelado que cuando cumplió la mayoría de edad dejó atrás Donostia y se mudó a Salamanca a vivir con sus familia en un momento en el que “no había ni móviles ni redes sociales”, por lo que experimentó el que ha señalado como su “segundo traumita: “Mi cumpleaños, al no estar en la ciudad donde siempre había vivido, era como el cumpleaños de un extraño y prácticamente no recibía ninguna felicitación de nadie, exceptuando la de mi familia. Eso me hacía sentir muy solo”, se ha sincerado.

Sin embargo, el episodio descrito no ha sido el único al que ha tenido que hacer frente a lo largo de los años en la fecha marcada en el calendario, donde también ha tenido “anginas horribles”, ha estado “ingresado en el hospital”, ha pasado por “momentos sentimentales muy duros”: “Muchas veces ha sido un día de mierda donde no había nada que celebrar”, ha sentenciado.

A pesar de ello, ha reconocido la suerte que tiene de poder celebrar un año más junto a María y sus descendientes en común: “Ellos siempre se esfuerzan para que sea un día especial y que yo me sienta muy querido y disfrute al máximo. Me colman de atenciones, de regalos, y sobre todo de amor. Así que adiós para siempre a los traumitas del pasado”, ha explicado el que, una vez más, ha reconocido estar con antibióticos por la amigdalitis que padece.

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