Poco se ha agradecido lo mucho que han hecho los 'questions and answers' por el papel couché. Desde que Instagram nos dio esta milagrosa opción a través de sus stories, los vips se han puesto en manos de sus fans para resolver todas sus dudas. A través de una simple cajita que lleva bajo el título 'ronda de preguntas', los famosos han pasado a abrirse en canal con apenas un par de frases para responder en un mismo vistazo desde la cuestión más trascendental hasta la más absoluta nimiedad. Y la última en exponerse en este sentido ha sido Amelia Bono.
Hijísima del expresidente del Congreso de los Diputados y exministro socialista José Bono y Ana Rodríguez Mosquera, hace catorce años saltó a los quioscos por ser la mitad de uno de los grandes tándems de la prensa rosa. Con su matrimonio con Manuel Martos, hijo de Raphael, dos grandes clanes se unieron (y se reprodujeron). Cuatro son los hijos de esta pareja que formó una familia numerosa gracias a Jorge, Manuel, Gonzalo y Jaime. Con el tiempo fue ganando en notoriedad hasta convertirse en influencer. Ya son casi 400 mil personas las que siguen a diario a @ameliabono. Y con ellos se ha sincerado.
A lo largo de estas últimas 24 horas, Amelia ha visibilizado los contras de la maternidad y ha confesado que, a pesar del postureo evidente de Instagram, ella también se agobia con tanto ajetreo en casa. "Siempre intento organizarme y tener tiempo para mí, y siempre siendo positiva", ha desvelado como truco vital.
También ha contado que, de no tener todo varones, habría llamado a sus hijas Manuela, Adriana, Marcela o Rafaela. O que su secreto de belleza está en el deporte y la alimentación sana, dejando hueco de vez en cuando a algún que otro caprichoso gastronómico ("soy una gran fan de los platos de cuchara, como legumbres dos o tres veces por semana"). Sin embargo, la gran revelación de este 'questions and answers' está relacionado con un trastorno que padece desde hace años y que le ha afectado en varios aspectos de su vida.
Hablamos del TDAH, siglas correspondientes al trastorno por déficit de atención e hiperactividad, algo que suele afectar en la infancia y en la adolescencia y que, en su caso, se ha seguido desarrollando hasta la edad adulta. Se caracteriza por un comportamiento hiperactivo e impulsivo, acompañado de dificultades para centrar la atención, que aunque pueda parecer algo habitual en niños debe tratarse para analizar la conducta del paciente dentro de uno parámetros concretos.
"No fue fácil en algunos momentos y aspectos de mi día a día", ha asumido con el tiempo. "Pero es un tema muy personal y he aprendido a vivir con ello", ha manifestado, desvelando que nunca tomó medicación para tener controlados los efectos de falta de atención o de impulsividad que se suelen derivar de este trastorno.