Beatriz Montañez: "Por mucho dinero que ganara en la televisión, prefiero la vida austera que llevo"

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El pasado mes de marzo el nombre de Beatriz Montañez reaparecía en los titulares de la prensa después de cinco años sin saber nada de ella. La que fuera presentadora de ‘Hable con ellas’ estaba desaparecida. Y es exactamente lo que estaba buscando. Conectada con la naturaleza y alejada de la civilización, la escritora ha logrado encontrarse a sí misma viviendo en una casa en el bosque que da nombre a su último libro, Niadela (Errata Naturae), 344 paginas donde ha plasmado sus experiencias y que, en propias palabras de la periodista, hay que leer despacio, ya que “demanda un lector que tenga un flujo continuo de imaginación”.

La manchega ha presentado su obra este mismo fin de semana en la Feria del Libro de Valladolid. Un ensayo destinado a los amantes de la naturaleza en el que narra sus vivencias tras abandonar la pequeña pantalla e iniciar una nueva etapa vital al mudarse a una casa de pastores. “No hay dinero en el mundo que te pueda comprar la paz. Por mucho dinero que ganara en televisión, por mucho futuro que me esperara, prefiero la vida austera que llevo”, ha confesado en esta rueda de prensa según la agencia EFE. “Cien mil veces lo volvería a hacer antes que la vida que llevaba”, afirmaba.

Tras cambiar radicalmente de vida y “pasar de tener mucho dinero a controlar los gastos de manera muy austera y reducida”, cayó en la cuenta de que “los pequeños lujos hacen mucho más feliz que todo lo que podía comprar con un dineral”. “No veo muy realista volver a lo anterior, de verdad. En televisión pensaba en una vida alternativa y ahora no se me pasa por la cabeza”, confesaba Beatriz, que se siente más que “satisfecha” con su situación actual. “La felicidad está sobrevalorada. Se trata de disfrutar de lo que estás haciendo”, recalcaba Montañez, que se reconoce “adicta” al silencio que le proporciona el entorno natural.

¿Cómo es actualmente la vida de Beatriz Montañez?

“Había mucho ruido en mi vida y eso me provocaba mucha inestabilidad. Necesitaba silencio. Quería parar y conocerme más”, explicaba las razones por las que había tomado esta drástica decisión a Àngels Barceló en su programa. Se sentía tan “perdida” que, tras una temporada sin saber qué rumbo tomar, se encontró con su hogar cuando pasaba un fin de semana con amigos. Una vieja cabaña de piedra que solo la habitaban ovejas y que no disponía de electricidad, ni agua caliente, ni gente que molestase a veinticinco kilómetros a la redonda.

En este tiempo ha estipulado gastar menos de 150 euro al mes, la única manera de que los ahorros que le quedaban de su trabajo frente a la cámara se estire en la mayor tiempo posible. Se alimenta de semillas, legumbres, raíces y verduras frescas, “como María Teresa de Calcuta”, y llegó a estar un año viviendo sin electricidad y rodeada de velas. Una experiencia “salvaje” por la que ha llegado a estar 27 días sin ducharse: “He comprobado que es buenísima para la piel y para el cuerpo. Tanta agua y el detergente acaban deteriorando las capas grasientas que protegen la piel”.