A lo largo de estos casi tres meses de encierro, Cristina Pedroche ha ido haciéndonos partícipes de su confinamiento. Con sus altos y sus bajos, sus días a tope de energía y sus momentos de angustia. Pero ahora que ya estamos acercándonos a esa ansiada nueva normalidad, la cosa ha cambiado (y mucho) en su feed de Instagram.
Este mismo fin de semana, la presentadora ha celebrado la llegada del buen tiempo con su primer posado del verano. Un aplaudido post en el que la vemos con un bikini neon de su marca de confianza. Se acabó eso de estar en casa 24/7, algo que ella misma ha festejado visitando a unos íntimos amigos.
Tras un día de sol y paella en buena compañía, la de Vallecas ha decidido compartir un ‘secreto’ con “toda España”. Así lo ha anunciado ella misma con una pizca de sentido del humor, consciente del interés que podría tener ese pequeño gesto en sus stories. Lo que ha hecho, con motivo de una campaña promocional, ha sido subirse en directo a la báscula para desvelar su peso actual tras una cuarentena en la que no ha parado de repetir sus ganas constantes por probar los platos de su marido, el chef Dabiz Muñoz.
“En realidad no me da miedo pesarme porque me he estado pesando durante todo el confinamiento y sé lo que hay”, ha confesado con espontaneidad antes de subirse al peso. Tras ver 60,6 kilos en la pantalla, la Pedroche asume que ha “engordado”, algo que no le preocupa porque “esto es lo que hay” después de tanto tiempo sin poder hacer ejercicio.
Esta báscula de la que es imagen Cristina aporta muchos más parámetros que el simple peso. Músculo, humedad, tasa de proteína, masa ósea, grasa visceral, grasa subcutánea… Incluso también detecta la edad del cuerpo, que en su caso son 29 años, algo que a ella le “interesa e importa”, porque eso significa que su físico es dos años menor que su edad real (que son 31). “Estoy en forma y excelente”, ha contado satisfecha.
Ahora que en Madrid ya estamos en Fase 1, la colaboradora ha aprovechado para someterse a un tratamiento que hacía tres meses que no llevaba a cabo. Se trata de una maderoterapia, una técnica que consiste en realizar una serie de masajes con artilugios de madera para disminuir la celulitis y eliminar la retención de líquidos. "Madre de dios, ¿cómo puedo sudar tanto?”, expresó tras ver el resultado del proceso.