Fernando Ramírez de Haro, conde de Bornos y marido de la expresidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, ha sufrido un ictus y su estado de salud es frágil. Un nuevo golpe para el matrimonio, que llega siete meses después de que diera positivo en coronavirus, lo que les obligó a pasar varios días ingresados en la Fundación Jiménez Díaz de Madrid. La política ha hablado por primera vez tras este nuevo revés en exclusiva para la revista ¡Hola!, aclarando cuál es su situación actual y cómo ocurrió todo.
“Está en observación, está en el hospital. No se pueden admitir tampoco visitas por el coronavirus, pero hablamos por teléfono”, confesaba a la reportera de ‘Gtres’ que esperaba que saliera en las puertas de su casa. “Ahora cuando usted me ha visto estaba hablando con él y está bien. Gracias a Dios está bien”. Aguirre ha aclarado que son 48 horas lo que tiene que estar en observación, debido a que esta enfermedad cerebrovascular puede volver a repetirse.
También ha querido aclarar cómo se dieron cuenta de que algo le estaba ocurriendo al marqués de Villanueva de Duero. “Le dio como un mareo y la enfermera que había allí le tomó el pulso, y vio que tenía 41”, empezaba a relatar cronológicamente cómo había sucedido. “Por lo visto es muy poco, y llamó al Samur”. A pesar de haber recibido el alta por parte de la atención sanitaria de urgencias de la comunidad, Esperanza no se quedó tranquila. “Pensé que 41 era poco y le llevé al hospital y, al cuarto de hora de entrar, le dio un ictus”, concluía, dejando claro que ahora mismo está bien.
Un nuevo golpe para la familia de la política, que tuvo que ser ingresada el pasado mes de marzo junto a su marido tras haberse contagiado por esa pandemia que golpea al mundo. Tras recuperarse en el hospital, Esperanza admitía que su mayor preocupación era Fernando (debido a las complicaciones que puede derivar esta enfermedad) y bromeaba al asegurar que “todavía le quedan tres vidas si hacemos caso a las siete vidas de los gatos” tras “el helicóptero, el cáncer, el atentado de Bombay y el coronavirus”. En una entrevista para Ana Rosa se mostraba agradecida a todos aquellos que estuvieron pendientes de su recuperación: “gracias a Dios lo primero. Y gracias a los médicos, las enfermeras, y a todo el personal sanitario que nos atendió en el hospital”.