Irene Montero ha dado positivo en coronavirus. Así lo ha hecho oficial el Gobierno en un breve comunicado en el que, además de aclarar que la ministra de igualdad se encuentra “en buen estado”, también ha confirmado que Pablo Iglesias, su pareja sentimental y vicepresidente segundo, está en cuarentena.
La ministra comenzó a notar los síntomas del COVID-19 este miércoles 11 de marzo. Tras someterse a las pruebas y dar positivo, su paso a seguir ha sido el de continuar desarrollando su trabajo por medios telemáticos hasta nueva orden. “Voy a permanecer en casa con mi familia”, ha informado a través de su perfil personal de Twitter.
Dada su experiencia con el contagio, su recomendación a la ciudadanía ha sido la de seguir las instrucciones de las autoridades sanitarias. “Para cuidarnos y para cuidar a las vecinas y vecinos, especialmente a los más vulnerables”, ha manifestado tras dar las gracias a los profesionales que están afrontando esta pandemia.
Tanto Irene como el líder de Unidas Podemos se convirtieron en padres de mellizos en julio de 2018. Justo un año después, en agosto de 2019, llegó su tercera hija. Con tres niños en casa, dos de año y medio y otra de siete meses, el protocolo a seguir ante una situación así es crucial para proteger a los menores. Esto es lo que dicen los expertos sobre cómo gestionar una cuarentena con bebés compartiendo el mismo espacio vital.
Según la AEP (la Asociación Española de Pedriatría), los casos pedriátricos en los que se haya diagnosticado el coronavirus han sido escasos hasta la fecha y, en aquellos que se ha detectado, la sintomatología es leve. Al igual que sucede con los adultos, los síntomas claves para detectar un contagio son tos seca, dolor de garganta, fiebre, dificultad para respirar, dolor de cabeza, fatiga muscular y malestar general.
A pesar de que no suelen apreciarse con tanta facilidad en bebés de la edad de los hijos de Montero e Iglesias, hay que seguir unas reglas básicas de procedimiento que, en el mayor de los casos, serán de forma doméstica.
Su decisión ha sido permanecer los cinco en su domicilio, por lo que deberán extremar las medidas de aislamiento, centradas en la higiene de manos y el uso de la mascarilla facial para amamantar al neonato o bien hacer una extracción de la leche para, posteriormente, que sea administrada al bebé por una persona que esté sana.
Sobre la lactancia, práctica que Irene lleva a cabo con Aitana, la pequeña de la familia, no hay datos suficientes para hacer una recomendación en firme. La Sociedad Española de Neonatología, pare evitar un contacto tan directo y prolongado, ha recomendado no amamantar. Como sustitutivo para poder seguir alimentando al bebé con leche materna, la mejor opción será administrarlo a través de una taza o un biberón limpios, manteniéndose siempre las medidas de prevención de la infección.