Hace tan solo unos días que Gonzalo Caballero abandonaba el hospital tras 26 días ingresado por la grave cogida que sufrió el Día de la Hispanidad. Los médicos adelantaban que podrían pasar incluso años hasta que el torero pudiese volver a los ruedos. Ahora el joven ha compartido en sus redes sociales un vídeo en el que muestra los primeros avances de su recuperación.
Tras salir del hospital, Gonzalo Caballero agradecía a los médicos que le habían atendido que le hubiesen salvado la vida tras las operaciones a las que tuvo que someterse: “Después de 26 días en el hospital, solo puedo decir ‘Gracias’ por salvarme la vida, por salvarme la pierna y por estabilizarme durante 13 días en la UCI”, escribía el torero. “Y sobre todo gracias a todos y cada uno de vosotros por vuestros mensajes y oraciones, que han sido el pilar fundamental de mi recuperación”, añadía. Tras estas palabras, y días después de haber salido del hospital, el amigo de Victoria Federica compartía unos vídeos en los que muestra los avances de la recuperación.
Tal y como él mismo cuenta ha conseguido cosas impensables para los médicos, que estimaban que tardaría entre cuatro y cinco meses en poder volver a entrenar: “La fuerza del corazón hace posible lo imposible”, reflexiona el torero. “Gracias a las dobles sesiones diarias de fisioterapia y a la recuperación hemos logrado algo impensable para los médicos, que es conseguir dar unos pequeños pasos sin ayuda”, escribía. “Queda mucho trabajo por delante para recuperar la flexión dorsal del pie y que se recupere el nervio poplíteo externo, pero cuando uno cree en uno mismo y con ilusión, todo se puede. Gracias por todos vuestros mensajes que me hacen volar”, añadía el torero, agradecido ante las muestras de cariño que está recibiendo.
Hace unos días, Gonzalo Caballero abandonaba el hospital en silla de ruedas, apoyado por algunos amigos y por su familia, que han estado junto a él en todo momento. El torero, antes de irse a casa, daba una rueda de prensa ante los medios y relataba los duros momentos que vivió tras la cogida: “Notaba cómo me iba apagando y me quedaba sin respiración. Es muy duro decirlo, pero llegué a asumir que me iba, por eso las últimas palabras antes de dormirme fueron que le dijeran a mi madre que la quería mucho”, contó emocionado.