Inés Ballester ha sido una de las caras conocidas que ha sufrido en primera persona las consecuencias del coronavirus. Tras estar 21 días ingresada en el hospital con una neumonía bilateral severa, la presentadora ha vuelto a casa para reponerse. Desde allí, vía online, ha concedido una entrevista para ‘El País’ en la que detalla que esta enfermedad, para ella, “ha sido peor que el cáncer”.
“Con el cáncer sabes que te puedes morir, pero no sentí dolor ni soledad y sí el calor de los míos y de muchas personas que lo han pasado”, cuenta la presentadora a la periodista Luz Sánchez Mellado, asegurando que el cáncer no le cambió la vida y el coronavirus sí lo ha hecho. A pesar de 21 días ingresada en el hospital, Inés aún está recuperándose de los efectos que tuvo en ella este virus: “todo era una montaña horrorosa de cosas que me sentía incapaz de hacer”.
El trabajo de los sanitarios, “que se han dejado la vida”, no ha evitado que pacientes como ella se sientan solos en una situación así. Esas semanas para ella fueron de “dolor físico, soledad, depresión y miedo”. “Cómo estaría que dije ‘mira, me muero, me da igual’”, confiesa Ballester. Estos días padeciendo la enfermedad han sido “como estar en una nebulosa”.
Y tanto es así que llegó a pensar en su propio funeral. “Es un proceso muy jodido de subidas y bajadas. No entendía lo que me pasaba, estaba cabreada y a mi me parecían todos muy malos. Y sin nadie que te cogiera la mano”, detalla. Después de todo lo pasado y recuperando de nuevo el 100% de sus pulmones, la presentadora sueña con que “se acabe esta pesadilla” y con poder ayudar a aquellas personas mayores que están solas.
La presentadora asegura que eso es “lo peor de este virus”. Lejos de sus padres, que están aislados en su tierra, y alejada de su marido esas semanas, que también ha padecido la enfermedad, Inés Ballester le diría a su audiencia que pongan en su cabezas las imágenes que les gustaría hacer cuando todos volvamos a vernos. “Este virus nos ha dado en plena línea de flotación. Nuestro estilo de vida, nuestra economía, nuestra cultura, está herida”, asegura.