Los reyes de España se citaban con el mundo de las letras el pasado jueves en honor al Premio Cervantes. La expectación estaba garantizada, al igual que la inquietud de muchos de los asistentes que desfilaban ante Felipe y Letizia. Algunos rostros de la pequeña pantalla como Juan del Val, Vicente Vallés o Sandra Barneda se acercaban al Palacio Real para formar parte de este acto.
El marido de Nuria Roca, que se ha convertido en un aclamado escritor gracias a su última novela, Delparaíso, de la que ya hay en marcha una adaptación audiovisual, saludó amablemente a los monarcas en esta recepción. Un acto que no todo el mundo ha comprendido y que ha generado ciertas críticas entre sus seguidores. Es por eso que ha escrito un post en sus redes sociales para tratar el motivo por el que aceptó la invitación a este almuerzo con sus majestades pese a su postura sobre la jefatura del Estado.
“Sí, soy republicano y sí, respeto profundamente al rey Felipe VI porque es el Jefe del Estado de mi país. Sí, soy ateo y sí, respeto profundamente a los creyentes y a sus creencias. ¿Es tan difícil de entender?”, se preguntaba con cierta indignación. “Los reyes me invitan a una recepción y acudo. Del mismo modo que voy a la iglesia cuando me invitan a una boda, a un bautizo y a un funeral. Por respeto (y porque me da la gana, claro)”, se justificaba notablemente molesto.
En este mismo texto, Juan ha recalcado que, al contrario de quienes han comentado negativamente su visita al Palacio Real, respeta a la gente que “no opina o siente” como él. También ha aprovechado esta oportunidad para desmentir a un medio que dejaba caer que, a la hora de escoger su estilismo, habría seleccionado una corbata color verde como guiño o provocación al monarca, ya que las siglas ‘V.e.r.d.e’ corresponden a ‘Viva el rey de España’.
“No, no me puse una corbata verde como 'guiño' al rey, aunque podría haberlo hecho. Y sí, podría haberme puesto una corbata morada sin ser un 'guiño' al republicanismo, aunque también podría haberlo hecho”, recordaba que es libre de actuar cómo crea conveniente. “El sectarismo es un síntoma de la estupidez; el respeto lo es de la inteligencia”, concluía su aplaudida reflexión lanzando un dardo a aquellos que han malgastado su tiempo en atacarle por un simple apretón de manos a los monarcas.