Mónica Carrillo, sobre su nuevo rostro tras el cáncer de piel: "Te toca ir aceptándote"
Este 2020, tras finalizar el estricto confinamiento, a Mónica Carrillo le tocó enfrentarse a un cáncer de piel
Su experiencia tras este carcinoma, del que tiene secuelas físicas en el rostro, ha sido parte de una conversación con su amiga Ana Pastor
La primera vez que abandonó su confinamiento por un motivo que no tenía que ver con lo laboral fue para visitar al dermatólogo. Una heridita que le había aparecido en un lateral de la nariz no terminaba de cicatrizar. Ya habían pasado un par de meses y, a pesar de que llegaron a recurrir a técnicas como el nitrógeno líquido, tanto Mónica Carrillo como sus médicos vieron que algo no estaba en orden. Fue entonces cuando escuchó por primera vez tres fatídicas palabras (cáncer de piel) que, una vez superado el susto, le han dado más de una lección vital.
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A pesar de sus reticencias a contarlo ("Yo soy muy reservada, me da mucho pudor hablar de mis cosas íntimas"), un 'ataque de espontaneidad' provocó que la periodista compartiese en su Instagram la situación personal por la que estaba atravesando. Durante las vacaciones, su ausencia en televisión se produjo porque tuvo que ser intervenida de un carcinoma basocelular que, aunque estaba localizado y no se había trasladado a otros órganos, se le había "extendido bastante", lo que hacía más aparatosa la intervención.
La aparatosa operación a la que se enfrentó Mónica Carrillo para extirparse el carcinoma
Así se lo ha contado a su amiga Ana Pastor en un directo de Instagram para Newtral en el que la también escritora ha decidido perder (aunque sea por unos minutos) ese pudor confeso por hablar en público de su intimidad y contar su experiencia. Esa con la que ha ayudado a tantísima gente que, desgraciadamente, atraviesa su misma situación. "Aunque no hay un peligro de muerte, te puede afectar. Yo tuve consecuencias en lo personal y lo profesional", ha confesado al hablar del después a ese tan importante paso por quirófano.
Las secuelas físicas se hicieron evidentes en ese famoso post donde Mónica Carrillo nos hizo partícipes de su enfermedad. Al tratarse de un carcinoma que le afectaba a tres partes del rostro, con distintos tejidos que formaban parte de la nariz, el cirujano tuvo que darle "un montón de puntos" que se convirtieron en una profunda cicatriz en forma de "colgajo de nota musical" que, aún hoy, le sigue causando complejo. "He estado con apósitos y cubierta todo el tiempo, a la sombra y procesándolo. Aún a día de hoy me cuesta asumir que es algo que se nota, pero esto es así, es lo que hay".
Las reticencias de la presentadora a hablar de su vida privada
Para agarrarse a lo positivo, la presentadora de informativos decidió afrontar el shock aplicándose la filosofía japonesa del kintsugi, esa que se centra en "el arte de reparar las fracturas de la cerámica con resina de oro para evidenciar que los defectos forman parte de nosotros y, en ocasiones, son las más grandes virtudes". Sin embargo, tal y como ha comentado en esta conversación con Ana Pastor, "a nivel personal toca ir aceptándote". "Ha sido como envejecer de golpe, como si cuando te quedas embarazada de un día para otro te sale la barriga de nueve meses. Y claro, luego cuando das a luz te suelen quedar secuelas físicas como las estrías", ha planteado a modo de comparación.
Durante el confinamiento, esa etapa en la que los vips le perdieron el miedo a ahondar en ciertos aspectos de su vida privada, ella siguió con su norma no escrita de no sobrepasar lo laboral en su faceta pública. La única excepción fue esta, en la que quiso hablar del cáncer, darle visibilidad, concienciar sobre la protección al sol y compartir cómo este tipo de vaivenes vitales terminan poniéndolo todo en su sitio.