Álex González se ha convertido en uno de los protagonistas de los programas del corazón de este fin de semana. El popular actor era pillado cenando en un restaurante de la capital con una chica llamada Rocío Camacho. Socialité emitía en primicia estas imágenes y ofrecía el testimonio de un testigo de aquella cita. “Era evidente que están en un inicio de la relación porque había muchísimas miradas cómplices entre ellos, estaban como muy acaramelados, sonreían muchísimo. No paraban de hablar, se veía que se estaban contando mil cosas”, comentaba sobre esta posible nueva pareja vip en una conversación telefónica con el programa de María Patiño. “Hubo un momento, en el que la verdad que se veía una tensión entre ellos brutal y empezó Álex a acariciar la mano de Rocío y estuvieron haciéndose caricias con la mano, mirándose…”, recordaba algunos de los gestos cómplices que compartieron en público.

Esta joven de 26 años nació en Calzada de Calatrava, Ciudad Real, pero lleva más de 4 años residiendo en Madrid por motivos laborales. Aunque en un principio decidió estudiar Filología inglesa en la Universidad de Castilla la Mancha, pronto abandonaría la carrera al darse cuenta de que podía explotar su imagen en Instagram, donde acumulaba miles de usuarios que se mostraban interesados en su contenido. “Empecé a cuidar un poco más el tema de redes sociales y surgió. Empecé a subir de seguidores, a hacer fotos con cámara buena y poco a poco surgió”, recordaba sus inicios en una entrevista para La Vanguardia, donde relataba cómo se tomaron sus padres la noticia de que iba a dedicarse profesionalmente a esto. “Mis padres al principio me decían que si estaba tonta, que parecía que tenía ahora 15 años haciéndome fotos y tal. Ahora están contentos (…) ya ven que no es solo tema Instagram sino que también estoy empezando otro tipo de proyectos”.

Con más de 658 mil followers, Rocío se ha convertido en una de las influencers con más tirón de nuestro país. “Es un trabajo muy nuevo, por decirlo de alguna manera, y entiendo que haya gente que le cueste aceptar que dedicarse a las redes sociales no es un trabajo como tal”, comentaba Camacho en una entrevista para la Ser, aunque admitía que estas opiniones le daban mucha “rabia” por el trabajo que hay detrás.

Ella ha conocido en sus propias carnes la cara B de esta profesión y es consciente de que no es oro todo lo que reluce. En ‘Las Uñas’, programa de la plataforma Flooxer, confesaba que hubo una época que tuvo ansiedad. “Me faltaba el aire. Me decían de quedar a tomar una cerveza y me molestaba”, afirmaba. "Estaba haciendo lo que me gustaba. ¿Cómo voy a tener un problema mental cuando estoy cumpliendo un sueño? No tenía mucho sentido. Con el tiempo me di cuenta de que era así".

La influencer compagina su notoriedad en Instagram, donde colabora con marcas tan importantes como Nivea o Stradivarius, con el mundo de la moda, saliendo al mercado el pasado año con una marca de ropa propia llamada Seima (familia en lituano). “Desde pequeña me ha apasionado la moda, pero jamás me planteé estudiar nada relacionada con ella porque siempre había entendido que se necesitaban más contactos que vocación para poder dedicarse profesionalmente a ello”, explicaba en una entrevista para Alo Nui Icons, reconociendo que se lanzó a esta aventura cuando tuvo prestigio en el mundo de los ‘likes’. “Me suelo inspirar en mis gustos siempre, nunca suelo seguir tendencias sino prendas y tejidos que creo que son atemporales y que creo que pueden ser versátiles”, descubría algunas de las claves de su marca en esta misma publicación.

No conforme con esto, Rocío lanza dentro de dos días su primer libro, ‘Co(n)razón’, “un delicioso cocktail hecho de confidencias, experiencias y anécdotas” propias en el que tratará de dar las claves necesarias para que ese “veinteañero al borde del abismo de la edad adulta que no le queda más remido que empezar a asumir responsabilidades” empiece a hacer las cosas a su manera. No sabemos si dentro de estas páginas también vendrán recogidas algunas de sus vivencias con Álex González.