La vida de Rosa López dio un giro de 180 grados cuando se presentó hace dos décadas al talent show musical que reemplazó, de la noche a la mañana, su anonimato por una fama desmedida. Con el deseo de hacerse un hueco en el complicado mundo de la música, la cantante se hizo con el triunfo y se ganó el cariño de nuestro país por su carisma, naturalidad, talento y corazón.
Nada volvió a ser lo mismo para la granadina. Tampoco para su familia. El padre de la artista, Eduardo López, muy unido a su hija, abandonó su puesto de vigilante para centrarse en la carrera de la cantante, que vio cómo su mundo se desmoronaba con su muerte hace quince años. “Me acosté y a las 4 de la mañana mi hermano me llama y me dice que papá está ya en otro lugar, que ya está en otro sitio”, explicaba cómo se enteró de la noticia a sus seguidores.
“Era mi vida entera. Yo le decía, cuando salí de OT, que habíamos cumplido el sueño de nuestras vidas. Porque que yo triunfara, también era su sueño”, aseveraba en una entrevista con la revista Semana, donde comentaba que llegó a sufrir cuando saltó a la fama porque él era una persona muy inocente y no era capaz de medir la repercusión de sus declaraciones: “A mí me daba terror que se le acercara un periodista. Él siempre cogía el teléfono, paraba su moto para atender a todos y le engañaban en la misma puerta de su casa”, recordaba con indignación.
“Le decían cualquier tontería y al final resultaba que lo que querían era conseguir informaciones”, explicaba la técnica que usaban algunos periodistas para meterse en el bolsillo a su progenitor, que siempre les atendía con amabilidad. “Ahora que él no está, recuerdo esas cosas y no me queda más remedio que cagarme en todo o recordarlo todo con mucho cariño. Mi padre me enseñó muchas cosas que me han servido para esta profesión, que emocionalmente es muy dura”, comentaba.
Este jueves, debido a un enternecedor vídeo de un compañero de edición de OT junto a su hija, ha vuelto a recordar a su progenitor. David Bisbal ha colgado una preciosa grabación en la que aparece jugando con la pequeña de la casa, su hija Bianca, fruto de su relación con la modelo Rosanna Zanetti. "¿Dónde está la niña más bonita del mundo?", pregunta en voz alta el almeriense, a lo que la pequeña replica rápidamente levantando su manita: "Aquí".
“Ayyy David, ¡qué padrazo y qué sensación tan bonita! Las hijas es otro cantar”, se derretía Rosa al ver a su amigo feliz al lado de su niña. “¡Me haces pensar en mi papi! Me encanta la cara que pones”, no podía evitar fijarse en el brillo de sus ojos.