Con un vestido de mangas abullonadas negro, de espaldas a la cámara y con un sencillo recogido en su pelo, Tamara Falcó protagonizaba la portada de Vanity Fair el pasado número de marzo. La hija de la reina de corazones concedía a esta cabecera una extensa entrevista en la que se ha sincerado sobre diversos y polémicos temas: asuntos de actualidad como la monarquía, la pandemia y la política; también lo ha hecho sobre el bache emocional que sufrió y que le hizo engordar 20 kilos, e incluso de su relación con Íñigo Onieva y cómo asume éste la presión mediática. En este mismo contexto, la actual marquesa de Griñón ha desvelado cómo gestiona una abrumadora fama que le vino de cuna y si tiene que acudir a terapia para cuidar su salud mental.
La colaboradora de televisión ha reconocido que tiene que ir al psicólogo para lidiar con los efectos de su sobreexposición mediática. “Soy muy fan de las terapias. Todos tenemos dudas. Vivir es complicado. Tengo un consultor espiritual que cumple una función y el psicólogo cumple otra”, comentaba con la espontaneidad que le caracteriza a este medio. “A mí me ha ido fenomenal. Descubres muchas cosas sobre ti misma. Cuando fui, no sabía que el duelo del tío Miguel no lo había pasado todavía”, añadía.
A pesar de que ha protagonizado portadas de revistas del corazón desde que era tan solo una niña, de que copa constantemente titulares de la crónica social y de que participa en proyectos de televisión con grandes audiencias, Falcó cree que en ningún momento se le ha subido la fama a la cabeza. “No, y si lo hiciera supongo que mi familia y amigos me lo dirían. De todos modos, teniendo a mi hermano Enrique, que es lo más llano del mundo, a mami… Lo que he conseguido está por debajo de su ejemplo”, se comparaba con miembros de su familia que también generan un elevado interés en la prensa.
Quien no conocía esta presión mediática, pese a tener una hermana bastante conocida en el mundo de la interpretación, es Íñigo Onieva, su nuevo novio, del que solo guarda buenas palabras. “Está lleno de vida y es una persona superpositiva. Y eso a mí me encanta. Es muy dinámico. Me fascina estar con él”. El madrileño habría sabido gestionar a la perfección que, de la noche a la mañana, los paparazzi estuvieran persiguiéndole por su noviazgo con la celebrity. “Este acoso dura un tiempo y se lo ha tomado fenomenal, porque no es fácil”, afirma.