Cada vez son más los tratamientos que nos ofrecen para cuidar nuestro rostro. La mayoría de ellos suelen tener un origen asiático, más concretamente, japonés. Es por eso que uno de los tratamientos más de moda de los últimos tiempos es el Facial Chan, inventado por el profesor Bùi Quôc Châu en el año 1942.
El profesional trabajaba en un Centro de Tratamiento para Toxicómanos y aprovechó sus clientes para poner en práctica distintos tipos de masajes faciales. Así, lo que hizo fue establecer distintos puntos clave en el rostro basándose en la reflexología. Además, este tipo de masaje está basado en los efectos del yin y del yan y, en estos últimos años, se ha estado perfeccionando la técnica en distintos puntos de Vietnam.
Pero, ¿en qué consiste esta técnica? Como ya hemos comentado, está basada en la reflexología nodal y, por tanto, nos muestra el cuerpo humano proyectado sobre los pies. Así, será muy importante observar minuciosamente el rostro de la persona, realizando distintas técnicas de estimulación y utilizando distintas técnicas creativas y dinámicas. Además, será perfecta para cualquier nivel y, así, podrá practicarlo aquellas personas que no tengan mucha experiencia.
De esta manera, con este masaje, se podrá aliviar algunas molestias como el dolor de cabeza, de espalda, regular el tránsito intestinal y la sensación de piernas pesadas. Además, quien lo practique debe estar muy familiarizado con las herramientas y las técnicas de estimulación.
Por tanto, si quieres comenzar a practicar esta técnica, lo más recomendable es que elijas un lugar tranquilo con una música relajante. También, la iluminación deberá ser especial. Tras esto, lo más normal es que te acomodes en una camilla. El siguiente paso será comenzar con el masaje que incluirá un elemento muy especial; los palillos.
Serán estos los que se convertirán en parte fundamental del masaje, realizando suaves movimientos alrededor del rostro y del cuello. De esta manera, lo que haremos será oxigenar la zona y estimular la microcirculación. De esta manera, lograrás un efecto lifting y, también, mejorarás el aspecto de la piel.
Antes de los palillos también se podrá hacer una limpieza del rostro, aplicando distintos tónicos. Luego, se hará una exfoliación, alternando frío y calor. Tras esto, llegará el turno de los palillos que se moverán en círculos y ejerciendo cierta presión. Lo siguiente será aplicar una mascarilla que hará que te relajes y la piel se sienta más descansada.