La piel hay que cuidarla, aunque no de cualquier forma. Para que los resultados sean los esperados deberemos ser especialmente cuidadosos con aquellos productos que aplicamos, ya que algunos podrían afectarnos negativamente, sobre todo al rostro. Es por eso que lo mas importante será pedir consejo a un profesional, que en muchos casos, debido a sus múltiples beneficios nos recomendará algún tratamiento de ácido hialurónico.
El ácido hialurónico se inyectará en nuestra piel para dejarla más rellena y alisar, así, distintas zonas. Es por eso que su objetivo será el de reducir las ojeras, modelar las mejillas, corregir las líneas faciales y la forma de los labios, así como minimizar la aparición de flacidez, reducir la aparición de depresiones en la piel y mejorar la elasticidad y la hidratación del rostro.
Antes de inyectarnos nada, debemos saber que nos encontramos con distintos tipos de ácido. La diferencia reside en la zona a tratar y los objetivos que queramos. Así, nos encontramos con el ácido hialurónico reticulado y el no reticulado. Ambos tendrán los mismos efectos, aunque será el reticulado el que tenga la capacidad de proporcionar más volumen.
El ácido hialurónico reticulado se utilizará para determinadas zonas faciales con el único objetivo de rellenar esas partes. Además, tendrá una mayor consistencia y rigidez, lo que hará que aumente su perdurabilidad. También, cuenta con distintas densidades que el especialista determinará basándose en lo que queramos y las características de la zona a tratar.
Sus usos más utilizados son el aumento o perfilado de labios, relleno de ojeras, para las arrugas estáticas y profundas, así como para tratar el aumento de pómulos, como relleno para la zona malar y para lograr una mayor definición de la línea de la mandíbula y el mentón.
Por su parte, el ácido hialurónico no reticulado es menos rígido y consistente y pretende conseguir una hidratación más profunda. Eso sí, ambos nos ayudarán a prevenir las líneas finas y las arrugas y nos permitirán remodelar el contorno del rostro.
Su uso dependerá de si vamos a tratar las arrugas moderadas de la parte superior del rostro, aportar volumen a los labios o tratar las arrugas profundas. En estos casos, contaremos con el tipo de ácido hialurónico que está especialmente diseñado para este tipo de zonas y tratamientos. Además, una de las ventajas de ambos tipos es que todos sus efectos son reversibles y se eliminarán de forma natural con el paso del tiempo.