Tener los pies agrietados nos resulta poco estético y, en ocasiones, muy molesto. A medida que las grietas se hacen más profundas, pueden llegar a resultar dolorosas y, en ocasiones, dar lugar a infecciones en la piel. Para acabar con ellas hay que prestarle a nuestros pies los mimos y cuidados que se merecen, algo que no resulta muy complicado si sabes cómo hacerlo y, sobre todo, eres disciplinada. Por eso te proponemos estos remedios caseros para curar los talones agrietados y recuperar la suavidad de la piel. La mejoría es casi instantánea aunque para que los resultados sean duraderos la constancia es esencial. Y si el problema persiste no dudes en consultar con tu médico para que te ofrezca una solución.
Sumergir los pies en agua caliente con sal gorda durante 15-20 minutos ayuda a que las durezas se ablanden y sea más facil retirar las células muertas acumuladas en la piel. Pasados esos minutos, exfolia el pie con azúcar, una piedra pómez o harina de arroz. Luego vuelve a meterlos en agua caliente, pero esta vez añade algún ingrediente que hidrate, como el agua de rosas o la glicerina, o que desinfecte, como el limón. Repita este tipo de baños una vez por semana.
Si no tienes una, no esperes más. Ten siempre a mano una piedra pómez en la ducha y pásala a diario por tu pies. Verás como en poco tiempo se reducen las grietas y cualquier dureza que puedas tener. No es necesario que la pases con fuerza, ya que la constancia será tu mejor aliada para que veas los resultados.
La falta de hidratación es la principal causa de que aparezcan las grietas en los pies. Si te preocupas por eliminar previamente las células muertas, ya sea con un baño como el que hemos señalado o la piedra pómez, cualquier producto que apliques penetrará mejor en la piel. Los aceites como el de oliva, coco o aguacate ayudan a la piel a regenerarse de manera natural gracias a sus ricos nutrientes. Extiende el aceite por todo el pie antes de acostarte, incidiendo en la zona del talón, y cubre el pie con un calcetín de algodón. Por la mañana podrás comprobar cómo ha hecho su efecto reparador durante la noche.
Te proponemos dos tratamientos intensivos que puedes realizar con miel cada dos semanas. Uno de ellos es utilizarla como si fuera un aceite, y cubrir tus pies con ella durante toda la noche. Puede que te resulte algo incómodo, y tendrás que ducharte sí o sí por la mañana, pero sus propiedades nutritivas son realmente espectaculares.
El otro resulta más agradable, ya que consiste en diluir 250 gramos de miel en agua caliente y sumergir los pies en ella durante 15-20 minutos. Al terminar seca bien los pies con una toalla y aplica un aceite o crema hidratante.
Además de exfoliar, darte baño y usar aceites en los pies, hay hábitos que pueden mejorar las grietas y evitar que vuelvan a aparecer. Los más importantes son:
Todos estos remedios son muy efectivos, pero no dudes en acudir al médico si ves que las grietas de tus talones no mejoran.