Entre tener una melena rizada y el pelo liso, la mayoría de las mujeres se decanta por la segunda opción porque suele ser más fácil de manejar. Sin embargo, de lo que lo que no suelen ser conscientes es que con este tipo de cabello, un alto porcentaje suele ser muy fino. Esto se traduce en una mayor caída y problemas para que crezca fuerte y sano. Precisamente para evitarlo, resulta clave el tipo de cuidados capilares que se reciban: desde masajes en el cuero cabelludo al tipo de productos que se empleen en el día a día, y cómo no, la alimentación.
Ya lo confirman los expertos, muchas creen estar tratando de una manera adecuada su cabello cuando en realidad estaban cometiendo errores sin darse cuenta. Para conocer el punto de vista de un profesional hemos hablado con Yolanda Mestres, Directora Técnica de la marca de cosmética capilar Alfaparf Milano Professional, quien explica que principalmente hay tres errores muy comunes: aplicar producto en exceso, no enjuagar bien el cabello tras utilizar acondicionadores o mascarillas y usar productos que dan la sensación de suavidad pero que en realidad están cargados de siliconas que perjudican la salud del pelo.
“Uno de los errores más graves que cometí yo misma en mi juventud fue usar productos llenos de ingredientes perjudiciales. A menudo, optaba por acondicionadores y cremas intensivas que prometían hidratación profunda, y sin darme cuenta de que estaban aplastando mi cabello fino, haciéndolo lucir plano y sin vida", cuenta, y explica que en su caso la solución consistió en elegir productos específicamente diseñados para su tipo de pelo y evitar el uso excesivo de productos de peinado como lacas y fijadores.
Yolanda añade que para que la melena fina se vea más sana, lo primero que hay que hacer es dejarse aconsejar por profesionales que conozcan a fondo el producto y optar por las líneas de cuidado capilar que traten el cabello sin siliconas ni residuos. “A mí me gusta ayudar a mi melena con un poco de sérum antes de mojarlo para no romper el pelo y así no enredarlo en exceso, y después al desenredar no demos tirones y lo quebremos”.
Además de los citados por la estilista, hay otros que seguramente una gran mayoría no haya tenido en cuenta como por ejemplo no prestar atención a la técnica de secado adecuada (desde hacerlo bruscamente con una toalla a utilizar un secador a demasiada temperatura). Eso sin mencionar el corte y el peinado, otro factor clave, optando por capas demasiado cortas o desiguales que acentúan la apariencia de pelo fino, sin tener en cuenta un corte que agregue volumen y movimiento con otros más naturales que no lo aplasten.