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La micropigmentación capilar es una técnica no quirúrgica que surge como alternativa al injerto de pelo y que se utiliza para dar la apariencia de mayor densidad introduciendo pigmentos que simulan el aspecto del folículo piloso cuando el pelo está naciendo. Se suele utilizar en el cuero cabelludo, también se usa para engrosar el aspecto de las cejas e incluso el de la barba.
Aunque se trata de un método menos invasivo que el injerto o el trasplante, se exige un procedimiento ambulatorio que exige la aplicación de anestesia local, por lo que es muy importante acudir a un centro especializado con todas las garantías.
Es cierto que se trata de una técnica semipermanente, pero hay otras ventajas de la micropigmentación capilar y es que resulta más económica, más rápida y menos dolorosa que el injerto, además, los resultados son inmediatos y definitivos, aunque el color se estabiliza pasadas 3 o 4 semanas.
La micropigmentación capilar es una técnica similar al tatuaje que consiste en inyectar en la capa más superficial de la piel una pequeña cantidad de pigmento de diferentes tonos, en diferentes ángulos de penetración y a distintas profundidades que varía de 0,25 a 1,75 milímetros, para conseguir un efecto óptico de cabello rasurado.
El procedimiento se realiza en sesiones de aproximadamente una hora y se suelen necesitar entre 2 y 3 sesiones para cubrir una zona pequeña que se deben realizar con una diferencia de dos semanas entre ellas Con esta técnica se obtienen resultados inmediatos que pueden durar en torno a 3 o 4 años sin necesidad de retoques.
Tras la micropigmentación se puede producir cierta inflamación en la zona tratada, pero no es alarmante y el proceso inflamatorio remite pasadas pocas horas.
Antes de someterse al tratamiento se informa al paciente de cómo va a ser el procedimiento y de los resultados que se esperan, asimismo, se le advierte que debe evitar consumir bebidas alcohólicas. La precaución más importante está relacionada con la toma de medicamentos anticoagulantes, por lo que habrá que solicitar información sobre el tema a la persona que vaya a realizar la micropigmentación.
Tras el proceso de micropigmentación se puede hacer vida normal, pero hay que evitar tocar y lavar la zona tratada, hacer ejercicio físico de impacto y protegerse de los rayos UV al menos durante los 4 o 5 días posteriores al tratamiento.